Caridad en el dolor-San Juan Pablo II

Frase

“La única tragedia que nos puede pasar es no ser santos.” (Beato Juan Pablo II)
 
Anécdota

Beato Juan Pablo II – Caridad en el dolor


Edith Zirer, judía que vive en las afueras de Jaifa, cuenta cómo fue liberada del campo de concentración de Auschwitz cuando tenía 13 años de edad. Había pasado allí tres.

“Era una gélida mañana de invierno de 1945, dos días después de la liberación. Llegué a una pequeña estación ferroviaria entre Czestochowa y Cracovia. Me eché en un rincón de una gran sala donde había docenas de prófugos, todavía con el traje a rayas de los campos de exterminio.
Él me vio. Vino con una gran taza de té, la primera bebida caliente que probaba en varias semanas. Después me trajo un bocadillo de queso, hecho con un pan negro, exquisito. Yo no quería comer. Estaba demasiado cansada. Me obligó.
Luego me dijo que tenía que caminar para poder subir al tren. Lo intenté, pero me caí al suelo. Entonces me tomó en sus brazos y me llevó durante mucho tiempo, kilómetros, a cuestas, mientras caía la nieve.
Recuerdo su chaqueta de color marrón y su voz tranquila que me contaba la muerte de sus padre, de su hermano, y me decía que también él sufría, pero que era necesario no dejarse vencer por el dolor y combatir para vivir con esperanza...


Su nombre quedó grabado para siempre en mi memoria: Karol Wojtyla...”


 Beato Juan Pablo II

Niñez
Su Santidad Juan Pablo II nació el 18 de Mayo de 1920 en Wadowice, una pequeña ciudad a 50 km. de Cracovia. El 20 de Junio del mismo año fue bautizado con elnombre de Karol Josef Wojtyla, en la Iglesia de Santa María (formalmente llamada: Iglesia de la Presentación de la Santísima Virgen María). Su padre, (también llamado Karol) era oficial subalterno del ejército polaco; su madre, Emilia Kaczorowska, había sido maestra de escuela y costurera. El pequeño Karol era el segundo hijo de este matrimonio; su hermano Edmund era 15 años mayor que él. Curiosamente, “Lolek” (apodo que recibiera de su madre y más tarde de sus compañeros de clase), el niño que 58 años después habría de ser elegido Papa, nace en la calle “Iglesia” número 7. Muy cerca de su sencillo hogar, se encuentra la parroquia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.

En el tiempo en que nace Su Santidad, Wadowice tenía una población de aproximadamente 8,000 habitantes. Sin embargo, cultural e intelectualmente, era una ciudad sofisticada. La pequeña metrópolis tenía reputación por la sobresaliente educación de sus niños y jóvenes. Contaba con numerosas parroquias, dos conventos, dos monasterios, tres bibliotecas públicas, y dos teatros. Cabe destacar que el teatro popular en Wadowice, durante la juventud de Juan Pablo II, fue reconocido nacionalmente por sus excepcionales producciones (en gran parte por la contribución del joven “Lolek”).” En su juventud Karol Wojtyla formó parte de un grupo dramático llamado “Teatro Rapsódico,” dirigido por su amigo e instructor teatral, Kotlarczyk.

La vida del Santo Padre fue marcada por el sufrimiento desde temprana edad. A los nueve años sufre la pérdida de su madre, quien falleció el 13 de Abril de 1929. Su padre asume la crianza de sus dos hijos, siendo un hombre en quien se conjugaban la rigidez militar y una profunda vida espiritual. El mismo año en que muere su madre, en el mes de mayo, Karol recibe su Primera Comunión; desde ese día comenzó a asistir a la Santa Misa a diario con su papá, costumbre que nunca abandonó a lo largo de su vida. El Papa Juan Pablo II no ha dejado de recibir la Sagrada Eucaristía desde el día en que el Señor visitó su corazón por primera vez en este Sacramento. Del mismo modo, el día de su Primera Comunión le fue impuesto el escapulario, y desde entonces siempre ha llevado consigo este sacramental, como signo de su amor filial a la Santísima Virgen María.

La fe en el hogar Wojtyla estaba sellada y centrada en el corazón, en la vivencia de la doctrina católica. Ya siendo Papa, Juan Pablo II escribiría acerca de su padre, que “su sólo ejemplo era suficiente para inculcar disciplina, y un fuerte sentido de responsabilidad.” Pero lo que más tocaba el pequeño corazón de “Lolek” era ver a su padre de rodillas, en oración. En 1931 ambos se van en una peregrinación a Czestochowa, con el fin de visitar la imagen de la patrona de Polonia: “la Madonna Negra.”

Un año después, el 4 de diciembre de 1932, muere su hermano Edmund, a causa de una epidemia de escarlatina en el hospital donde ejercía como médico. Su epitafio le describe como “víctima de su profesión, el cual sacrificó su juventud al servicio de la humanidad.” Este triste evento fue un terrible golpe para Karol. El Santo Padre ha dicho que la muerte de su madre dejó una profunda huella de dolor en su corazón, pero la de su hermano fue quizás más dolorosa debido a las dramáticas circunstancias en que aconteció, y en vista de su mayor madurez de entonces.

Un autor reciente nos dice que “la fortaleza y la grandeza de Juan Pablo II se nutren, inevitablemente, de su continuo contacto con el sufrimiento y sobre todo de su modo de aceptarlo y crecer en él.”


Adolescencia
En 1935, a los 15 años, Karol ingresó en la “Cofradía Mariana,” una asociación de jóvenes católicos. Tan sólo seis meses después fue elegido presidente de la Cofradía de Wadowice y reelegido al año siguiente.

Precisamente en el ́35, comenzaron a esparcirse actitudes anti-semíticas por toda Europa, incluyendo Polonia. Jerzy Kluger, amigo del Santo Padre en aquél entonces, recuerda que Lolek trataba incansablemente de razonar con las personas, haciéndoles ver que el anti-semitismo era anti-cristiano. Para él, la seriedad de esta situación se hizo muy clara cuando su amiga judía, Ginka Beer, le anunció que ella y su familia emigrarían a Palestina. Tanto Karol como su padre trataron de persuadirla para que permaneciera en Polonia, afirmándole que no todos los polacos eran anti-Semitas. Afortunadamente, no la pudieron convencer., y vieron a su amiga partir. De haber esperado, probablemente hubiese encontrado su nombre en la lista de deportados de Auschwitz.

En su juventud, el futuro pontífice fue un alumno sobresaliente en todos sus estudios. En 1938, presentó los exámenes para obtener el diploma del instituto de segunda enseñanza. Recibió las máximas calificaciones en polaco, latín, griego, alemán, historia, filosofía, educación física, y problemas de la Polonia contemporánea. En sus horas libres estudiaba para obtener un diploma en arte dramático. En su último año de secundaria, Karol recibió el Sacramento de la Confirmación, el 3 de Mayo de 1938. El Arzobispo de Cracovia, Adam Stefan Sapieha visitó en ese año la escuela Secundaria de Marcin Wadowita. Karol, siendo el mejor alumno de su clase, fue escogido para darle las palabras de bienvenida. El arzobispo Sapieha, quedó profundamente impresionado con Karol. Al conocerle, preguntó al Padre Zacher si aquél joven no tendría vocación sacerdotal. Éste no sería el último encuentro de Karol Wojtyla con el arzobispo, el cual, junto a la figura de su padre, se convertiría en una gran influencia sobre el sacerdote y futuro pontífice que forjarían el Señor y la Virgen.

Todos los graduados tenían que cumplir con la obligación de servir en un batallón de trabajo del ejército. Karol fue destinado a la construcción de carreteras, en las montañas al sur de Wadowice. Fue una experiencia de arduo trabajo físico. En el verano de éste año en que terminó la secundaria, él y su padre se fueron a vivir a Cracovia, en el sótano de la casa de su tío materno.

En el otoño, “Lolek” comenzaría sus estudios en la Universidad Jaguelloniana. Fundada en 1386, se trataba de la institución escolar más altamente respetada en Polonia, con los mayores standards académicos. El joven universitario pronto se adaptó a Cracovia; en el espacio de un mes ya conocía bien la ciudad y se había adaptado a la atmósfera universitaria. Se asoció a un grupo de arte dramático, a varios círculos literarios, y a una sociedad dedicada a la devoción a la Santísima Virgen María. Los primeros viernes asistía a la Santa Misa en la Catedral de Wawel, sede del arzobispo de Cracovia.

Pronto contaba con muchas amistades, debido a su jovialidad y a su afable personalidad. Sin embargo, sus compañeros de clase le recuerdan siempre por su pureza; nunca formó parte de la vida social en los bares, o en fiestas. A pesar de tener esta rectitud interior y exterior, tampoco sus amigos detectaban en él una actitud de juicio. Karol simplemente era movido por otras “pasiones,” intelectuales y a la vez “románticas.” Aunque la mayoría del tiempo en la universidad se encontraba rodeado de amigos, también se percibía en él un cierto aire de soledad, de “bohemio.” Además de su fuerte inclinación teatral, Karol sentía un gran amor por la poesía, escribió en éste género literario durante más de cuarenta años, desde sus tiempos de estudiante hasta su elevación al papado, en 1978.

El 1 de Septiembre de 1939, Lolek se encontraba en la Catedral de Wawel asistiendo al Padre Figlewicz en la Santa Misa. Eran ellos los únicos presentes, pues en ese día se había dado una advertencia de defensa civil a todos los ciudadanos, los cuales permanecieron en sus casas. De repente la Iglesia comenzó a temblar: los aviones Nazis volaban bajo, abriendo fuego sobre la ciudad de Cracovia. Una vez terminada la Misa, Lolek salió diligentemente hacia la casa de sus amigos, la familia Kydrynski. Julius Kydrynski atestigua que Lolek permanecía con mucha calma en medio del pánico, su fortaleza irradiaba de tal forma que infundía calma en los que le veían. Los polacos corrían a proteger a sus seres queridos en medio del ruido y el tiroteo de los aviones, mientras que al mismo tiempo, entraban en la ciudad 2,500 tanques de guerra alemanes.

Las tropas alemanas atacaban desde el Oeste, y por ello, los ciudadanos de Cracovia comenzaron a evacuar la ciudad yéndose hacia el este; ajenos al hecho de que Rusia planeaba atacarles por ese flanco. Familias enteras huían a pie, cargando con sus más preciadas posesiones, y algunos animales.

Habiendo ayudado a los Kydryndkis, Lolek se apresuró al encuentro de su padre, y junto a él se incorporó a la evacuación masiva. Caminaron todos unas cien millas hacia el este… Sin embargo, al llegar, se encontraron con la “Milicia Roja” de Rusia. Sintiendo el peso de la opresión en sus corazones, tuvieron que caminar de regreso hacia su pequeño sótano, donde sólo les quedaba esperar.

Los alemanes y los rusos se dividieron Polonia, apropiándose del oeste y del este, respectivamente. Designaron una zona central de “Gobierno General,” en la que se encontraba Cracovia. Wadowice pasó a ser parte de Alemania, como también lo sería la pequeña ciudad de Oswiecim, en alemán llamada Auschwitz. Honrando su tratado de defensa con Polonia, Inglaterra declaró guerra a los alemanes, pero era demasiado tarde, la invasión había sido una estrategia perfecta. La Segunda Guerra Mundial había comenzado, y sólo hasta el momento de la invasión alemana de Francia, se convirtió en una guerra activa y no sólo “de palabras.”

La situación en el país preocupaba al joven Wojtyla. Se impuso a todos los polacos entre 18 y 60 años de edad, la “obligación de trabajo público” (forzoso). Los judíos, a partir de los 12 años, serían escogidos para desempeñar los trabajos más crueles y penosos. La catedral de Wawel fue cerrada después de que el arzobispo Sapieha celebrara en ella la última Misa el 29 de octubre de 1939. La mayoría de las iglesias en Polonia fueron clausuradas, y tanto sacerdotes como religiosos eran deportados a los campos de concentración. Durante la ocupación nazi, Polonia sufrió la pérdida de 1,932 sacerdotes, 850 monjes y 289 religiosas. Las festividades de la Iglesia fueron anuladas y se prohibió que se rezara en público a la Virgen Negra de Czestochowa.

Los alemanes no tenían como fin la simple ocupación de Polonia, sino más bien destruirla por completo. Comenzaron este proceso movilizando 1.2 millones de polacos y 300,000 judíos hacia la “zona de gobierno general.” De tal forma, la destrucción de éstas vidas se llevaría a cabo de una forma rápida. Los Rusos tenían otro objetivo: en un espacio de dos años desplazaron forzosamente a más de 1.5 millones de polacos, a campos de concentración en Siberia.

La Universidad Jaguelloniana fue cerrada permanentemente. Las autoridades alemanas habían convocado a los profesores de la misma a una conferencia, y todos los que acudieron (un total de 186 personas), fueron detenidos y deportados a un campo de concentración de Sachsenhausen-Oranienburg, en Alemania. Karol, junto con un grupo de jóvenes, se vieron obligados a organizar una Universidad clandestina. El teatro polaco también fue estrictamente prohibido, por lo tanto, las obras que él y sus amigos organizaban también fueron llevadas a cabo en secreto. En numerosas ocasiones el apartamento de los Kydrynskis sirvió de escenario para producciones dramáticas, con las cuales literalmente se jugaban la vida. Durante ese tiempo el futuro Papa escribió numerosos poemas, tres obras dramáticas, y tradujo la obra de Sófocles: Edipo Rey, del griego al polaco.

Las autoridades Nazis se fueron deshaciendo de los líderes religiosos, intelectuales y políticos del país. Todos los ciudadanos polacos debían de llevar consigo una tarjeta “Ausweiss,” la cual se les otorgaba a aquéllos quienes desempeñaban trabajos aprobados por los alemanes. Karol Sr., tenía más de 60 años y su pensión militar fue suspendida. Lolek y sus amigos comenzaron a trabajar en una cantera en Zarzowek, donde se producía sosa cáustica, un ingrediente para explosivos. Su empleo consistía en cargar piedra caliza calcinada, y otras veces trabajaba en las líneas ferroviarias. La experiencia adquirida en este lugar influyó muchísimo en la filosofía social y política del futuro Papa. Su vida era sumamente dura, y en medio de la extenuación física el sufrimiento llamó a la puerta de su corazón una vez más…

En la tarde del 18 de febrero de 1941, al entrar en el sótano con medicamentos y la cena para esa noche, Karol encuentra a su padre muerto. Había fallecido de un ataque al corazón a los 62 años de edad. A la mañana siguiente, Karol se muda con la familia Kydrynski, incapaz de soportar la soledad y la ausencia de su papá en la calle Tyniecka. María Kydrynska recuerda que Lolek la abrazó llorando, y en medio de su dolor pronunció éstas palabras: ̈No estuve con mi padre al momento de su muerte.̈. El 22 de febrero fueron enterrados sus restos en el cementerio militar de Cracovia. El joven Wojtyla comenzó a visitar el cementerio todos los días al salir de su trabajo en la cantera. Un compañero suyo, quien es ahora sacerdote, el Padre Malinski, comenta que la situación de su amigo era tanto preocupante, pues su aflicción era sobrecogedora. Pero hubo alguien que le ayudó a “recuperar el equilibrio,” y que le encaminó hacia el sacerdocio: Jan Leopold Tyranowski.

Tyranowski era un sastre a quien Karol conoció la tarde de un sábado, en el año 1940, en la iglesia parroquial de los padres salesianos de San Estanislao Kostka. Lolek se encontraba allí para participar de un grupo de oración de jóvenes llamado “el Rosario Viviente.” El joven Wojtyla encontró en Tyranowski un mentor religioso que le guiaría en el camino de un profundo misticismo, siguiendo la espiritualidad de San Juan de la Cruz y de Santa Teresa de Ávila. Muchas veces oraban, caminando juntos hacia la cantera donde trabajaba Lolek. Fue una amistad que no duraría más que siete años, pues en marzo de 1947, Tyranowski murió de una grave infección. Sufrió dolores terribles y hubo que amputarle un brazo, lo cual le causó sordera, tres días antes de su muerte. En 1949, Karol, siendo ya sacerdote, diría acerca de este gran amigo suyo, que había sido un hombre que “había probado que no sólo se puede saber de Dios, sino que se puede vivir a través de Dios.”

Durante su estancia con los Kydrynskis, Karol pudo cambiar de empleo, pasando a la fábrica de Borek Falecki, en la cual las condiciones de trabajo eran mucho mejores. En el verano de 1941 también recibe la grata sorpresa de tener muy cerca a su amigo y mentor teatral, Karol Kotlarczyk, quien huye de Wadowice a Cracovia junto con su esposa.

El “sacerdocio secreto” de Karol WojtylaEz.34:11.23-24: “Yo mismo cuidaré de mi rebaño y velaré por él; Yo suscitaré para ponérselo al frente, un solo pastor que lo apacentará”

Recién cumplidos los veintidós años, Karol pudo participar de una peregrinación a Czestochowa junto a otros once jóvenes. Los alemanes sólo permitían peregrinos en grupos muy reducidos. A escondidas de los nazis, todos ellos hicieron un juramento ante la imagen de la Santísima Virgen: “Nosotros, la juventud académica polaca, en inflexible defensa del Espíritu Santo, con fe en un mañana mejor, declaramos nuestro juramento en la Montaña Luminosa, llenos de admiración ante el juicio de la Providencia.”

En septiembre de ese mismo año, Karol le pide a su amigo Kotlarczyk que no le asigne más papeles en las representaciones teatrales, explicándole que quería hacerse sacerdote e ingresar en un seminario secreto. Dicho seminario comenzó a funcionar bajo el arzobispo Sapieha, en octubre del mismo año. Se corrían altos riesgos, pues ser detenido como seminarista secreto, automáticamente significaba ser deportado a un campo de concentración.

Los estudiantes del seminario se levantaban cada mañana a las seis, tenían una hora de oración, y a continuación la celebración de la Santa Misa a las siete. Seguidamente desayunaban y tenían clase desde las 8:15 de la mañana hasta el mediodía. En la tarde tenían tiempo de adoración ante el Santísimo Sacramento, y a las 6:30 recibían una conferencia espiritual, impartida por el padre Smolénski o el arzobispo Sapieha. Más tarde cenaban y tenían un tiempo de oración nuevamente a las 8:15. Se confesaban una vez por semana y participaban regularmente de retiros espirituales. Karol Wojtyla se destacaba por sus cualidades intelectuales y por su piedad. La vida en el seminario transcurría ocultamente, pero en el orden de Dios, hasta que en Enero de 1945, los alemanes se vieron forzados a abandonar la ciudad de Cracovia bajo el ataque de Rusia. Con esta nueva ocupación los seminaristas tuvieron la oportunidad de retomar el antiguo seminario cerca del Castillo de Wawel. Sin embargo, pronto descubrieron que los nuevos ocupantes rusos llevarían a cabo brutales persecuciones contra los católicos. Polonia, al final de la Segunda Guerra mundial, no vio una restauración de la libertad, sino que más bien pasó a ser víctima del totalitarianismo comunista de Stalin.

La Universidad Jaguelloniana resurgió, y consecuentemente, Karol pudo completar su tercer año de teología, comenzando su cuarto y último año en el otoño de 1945. En todos sus escritos escolares, el jóven Wojtyla escribía: “a Jesús por María,” o “Jesús, María y José.” Su devoción y admiración por san Juan de la Cruz incrementó, y a raíz de ello, comenzó a estudiar la lengua española para así poder leer los escritos originales del gran místico Carmelita. De hecho, Karol discernía seriamente si debía de entrar a un monasterio carmelita de Czerna. Presentó su inquietud vocacional al arzobispo Sapieha, el cual le contestó: “Primero haz de terminar lo que has comenzado,” al escuchar estas palabras, Karol no insistió más en la idea.

Poco tiempo después de la guerra, Karol conoció la historia sacrificial del sacerdote Maximiliano María Kolbe, en Auschwitz. El mártir franciscano que había dado la vida por un compañero de prisión, se convirtió en su modelo sacerdotal: aquél que vivió su condición sacramental como un “alter Christus” (otro Cristo). Éste ideal les fue inculcado a todos en el seminario, a través del conocimiento de la vida del mártir, y del rezo de las letanías de Nuestro Señor Jesucristo, Sacerdote y Víctima. Estas letanías les ayudaban a entender que el morir a uno mismo, es la cruz de la vocación cristiana vivida seriamente, y en especial, la cruz de la vocación del sacerdote.

En febrero de 1946, el arzobispo Sapieha es nombrado Cardenal por el Papa Pío XII. De regreso a Cracovia, desea enviar a sus mejores sacerdotes a Roma, y decide que Karol debería comenzar su doctorado en teología en el “Angelicum,” Sapieha acelera su ordenación con éste propósito, y también, debido a la persecución y riesgos políticos en Polonia.

El 1ro de noviembre de 1946, Karol Wojtyla es ordenado sacerdote por el cardenal Sapieha en la capilla privada del mismo. Recibió una distinción especial, permitiéndosele celebrar su primera misa en la cripta de San Leonardo, en la Catedral de Wawel. Dado que era el día de Todos los Santos, pudo celebrar tres misas “mudas,” por el alma de su madre, de su padre y de su hermano, a las cuales asistieron todos los miembros del Teatro Rapsódico.

El 15 de noviembre Karol se despide de sus seres queridos y se traslada a Roma, ciudad de la cual se enamoró completamente. A petición del Cardenal Sapieha, tanto él como su amigo sacerdote y acompañante Starowiesky, comenzaron a vivir en el Colegio Belga. Tuvo la oportunidad y la gracia particular de conocer a Su Santidad Pío XII en una audiencia privada concedida a los estudiantes del colegio. Durante estos años de estudio estuvo bajo la dirección del dominico francés Garrigou-Lagrange, uno de los principales teólogos del siglo. El mismo, le tutelaba así como lo hubiera hecho Tyranowski años antes. Presentó la tesis de su doctorado en 1948, titulada: “La fe según San Juan de la Cruz.”

Ese mismo año regresa a Polonia, pasando a ser vicario de diversas parroquias en Cracovia, y capellán de los universitarios hasta el año 1951. Continuó estudiando teología y filosofía en la Universidad Católica de Lublin, presentando otra tesis en 1953: “Valoración de la posibilidad de fundar una ética católica sobre la base del sistema ético de Max Scheler,” Más tarde fue profesor de Teología Moral y Ética Social en el seminario mayor de Cracovia y en la facultad de teología de Lublin. También accedió a enseñar en los seminarios de Katowice y Czestochowa, y daba conferencias en San Florián y en el convento de las Hermanas Ursulinas en Cracovia. Debido a la multitud de responsabilidades, se veía obligado a viajar a diario, llevando una vida muy agitada. En la actualidad conocemos la fecundísima vida apostólica del Santo Padre, y desde este punto de vista podemos contemplar cómo el Señor iba preparando el corazón y los eventos en la vida de Karol Wojtyla, para que llegara a ser el gran Pontífice que tuvimos.


Ordenación Episcopal
En 1958, Pío XII le nombra Obispo titular de Ombia y Obispo Auxiliar de Cracovia; recibe su ordenación episcopal el 28 de septiembre de 1958 en la Catedral de Wawel, de manos del Arzobispo Eugeniusz Baziak. El nuevo Obispo Polaco escoge como lema oficial las palabras latinas: Totus Tuus, declarando de éste modo, su gran amor y entrega total a la Santísima Virgen María.

Pocos días después de su ordenación, muere el Papa Pío XII. Le sucede Juan XXIII, el cual revela sus planes de llevar a cabo la celebración del Concilio Vaticano II, el 25 de enero de 1959. A finales de mayo, la Comisión Ante-preparatoria Pontificia invita al Obispo Wojtyla a participar de éste evento. Su colaboración en el Concilio fue importantísima, especialmente en la elaboración de la constitución dogmática Gaudium et Spes. También fue significativo su aporte en la constitución dogmática Lumen Gentium. Al día siguiente de finalizar las sesiones del Concilio, el Obispo Wojtyla emprende una peregrinación a Tierra Santa.

El 30 de marzo de 1964, el Papa Pablo VI, nombra a Karol Józef Wojtyla Arzobispo Metropolitano de Cracovia, a la edad de cuarenta y tres años. El 20 de abril de 1967, tuvo una audiencia privada con el Papa y dos meses después fue nombrado Cardenal, el día 26 de junio.

La situación en Polonia durante éste tiempo era crítica, debido al marxismo y a las grandes crisis sociales y económicas, pero nada de eso pudo parar al nuevo Cardenal. A raíz de su nombramiento, inicia la creación de un sistema de educación religiosa para los niños fuera de las escuelas. También formó una rama de pastoral para los sordomudos y los ciegos, y organizó el “Movimiento Sacrosanto,” con el fin de difundir y promover la música sacra. Acto seguido, origina la Academia Teológica Pontificia y el Instituto de la Familia, en Cracovia. Otro de sus grandes ministerios apostólicos fue “S.O.S. Cardenal Wojtyla,” un programa para ayudar a las madres solteras que deseaban abortar.

En mayo de 1978 visita una vez más al Papa Pablo VI; sería su último encuentro con el pontífice, el cual muere tres meses después. El 12 de agosto, viaja a Roma junto al Cardenal Wyszynski para asistir al entierro y eligir a su sucesor. El 25 de agosto da inicio el cónclave, saliendo electo el cardenal Albino Luciani, quien tomó el nombre de Juan Pablo I. Wojtyla fue uno de los cardenales que el nuevo pontífice recibió de inmediato en una audiencia privada. Tan sólo días después fallece el recién electo Papa, el 28 de septiembre del mismo año.

Abemus Papam!
El 3 de octubre, viaja una vez más a Roma con el Cardenal Wyszynski…. pero esta vez no regresaría a Polonia tan rápidamente. Asistió al entierro de Juan Pablo I, participó de numerosas Misas solemnes, e incluso tuvo la oportunidad de hacer excursiones a la campiña romana. El 13 de octubre se une una vez más al cónclave, en el Palacio Apostólico, junto a la Capilla Sixtina. Tres días después, a las 6:44 de la tarde, la humareda blanca anunciaba la elección del nuevo Papa. El Cardenal Wojtyla tomaba el nombre de Juan Pablo II, convirtiéndose en el papa número 264 de la Iglesia Católica.

Las siguientes estadísticas, son tomadas de la página de Internet del vaticano, el 31 de mayo del año 2003:
Desde el comienzo de su pontificado, el 16 de octubre de 1978, el Papa Juan Pablo II ha realizado 99 viajes pastorales fuera de Italia, y 142 por el interior de este país. Además, como Obispo de Roma ha visitado 301 de las 334 parroquias romanas.

Desde 1978 hasta su muerte, el Santo Padre ha presidio 15 Asambleas del Sínodo de los Obispos: 6 ordinarias (1980, 1983, 1987, 1990, 1994, 2001), 1 general extraordinaria (1985), y 8 especiales (1980, 1991, 1994, 1995, 1997, 1998 [2] y 1999).
Ningún otro Papa se ha encontrado con tantas personas como Juan Pablo II: en cifras, más de 16.700.00 peregrinos han participado en las más de 1000 Audiencias Generales que se celebran los miércoles. Ese número no incluye las otras audiencias especiales y las ceremonias religiosas [más de 8 millones de peregrinos durante el Gran Jubileo del año 2000] y los millones de fieles que el Papa ha encontrado durante las visitas pastorales efectuadas en Italia y en el resto del mundo. Hay que recordar también las numerosas personalidades de gobierno con las que se ha entrevistado durante las 38 visitas oficiales y las 690 audiencias o encuentros con jefes de Estado y 226 audiencias y encuentros con Primeros Ministros.

Su amor a los jóvenes le impulsó a iniciar en 1985 las Jornadas Mundiales de la Juventud. En las 19 ediciones de la JMJ celebradas a lo largo de su pontificado se reunieron millones de jóvenes de todo el mundo. Además, su atención hacia la familia se puso de manifiesto con los encuentros mundiales de las familias, inaugurados por él en 1994.

Bajo su guía, la Iglesia se acercó al tercer milenio y celebró el Gran Jubileo del año 2000, según las líneas indicadas por él en la carta apostólica Tertio millennio adveniente; y se asomó después a la nueva época, recibiendo sus indicaciones en la carta apostólica Novo millennio ineunte, en la que mostraba a los fieles el camino del tiempo futuro.

Con el Año de la Redención, el Año Mariano (1987), el Ano de la Familia (1994) y el Año de la Eucaristía, promovió la renovación espiritual de la Iglesia. Realizó numerosas canonizaciones y beatificaciones para mostrar innumerables ejemplos de santidad de hoy, que sirvieran de estímulo a los hombres de nuestro tiempo: celebró 147 ceremonias de beatificación -en las que proclamó 1338 beatos- y 51 canonizaciones, con un total de 482 santos, incluyendo a San Pío, Beata Teresa Benedita de la Cruz, Edith Stein, Santa Faustina, San José María Escrivá de Balaguer, para nombrar algunos. Proclamó a santa Teresa del Niño Jesús Doctora de la Iglesia. Amplió notablemente el Colegio cardenalicio, creando 231 cardenales (más uno "in pectore", cuyo nombre no se hizo público antes de su muerte) en 9 consistorios. Además, convocó 6 reuniones plenarias del colegio cardenalicio. Presidió 15 Asambleas del Sínodo de los obispos: 6 generales ordinarias (1980, 1983, 1987, 1990, 1994 y 2001), 1 general extraordinaria (1985) y 8 especiales (1980, 1991, 1994, 1995, 1997, 1998 (2) y 1999). Entre sus documentos principales se incluyen: 14 Encíclicas, 15 Exhortaciones apostólicas, 11 Constituciones apostólicas y 45 Cartas apostólicas. Promulgó el Catecismo de la Iglesia Católica, a la luz de la Revelación, autorizadamente interpretada por el Concilio Vaticano II. Reformó el Código de Derecho Canónico y el Código de Cánones de las Iglesias Orientales; y reorganizó la Curia Romana.

Algunos eventos de su Pontífice sobre la importancia de la Familia y la Santísima Virgen Maria incluyen:

Junio 7, 1980, al final de celebrar la misa del 1600th aniversario del primer Concilio de Constantinopla y del 1550th aniversario del Concilio de Efesus, el Papa da una Bendición Apostólica en la Basílica de San Pedro; en la tarde, durante las vísperas, en la Basílica de Santa Maria Mayor, Juan Pablo II anuncia el Acto de Encomiendo al Inmaculado Corazón de Maria.

Noviembre 22, 1981, Exhortación Pastoral Familiaris Consortio – la familia y su parte en el Mundo Moderno, publicado Diciembre 15, 1981.

Mayo 12, 1982, Visita pastoral a Portugal un ano después del atentado contra su vida en la Plaza de San Pedro, marcando la visita pastoral numero 11 de su pontífice. El próximo día ante la estatua de Nuestra Señora de Fátima, Juan Pablo II recita el Acto de Consagración y Encomiendo del mundo al Inmaculado Corazón de Maria.

Octubre 16, 1983, en la Plaza de San Pedro, Juan Pablo II junto con los cardenales y obispos que participaron en el Sínodo de Obispos, repiten el Acto de Encomiendacion y Consagración del mundo al Inmaculado Corazón de Maria, que ya había sido proclamado en Fátima el 13 de mayo 1982.

Marzo 25, 1984, el Jubileo de Familias, ante la estatua de Nuestra Señora de Fátima en la Plaza de San Pedro, Juan Pablo II en unión espiritual con todos los Obispos del mundo repite el Acto de Encomiendacion de toda la humanidad y personas a Maria Santísima. También, la Exhortación Apostólica Redemptionis donum – a todos los hombres y mujeres religiosas en su consagración en la luz del misterio de redención publicado 29 de marzo 1984.

Agosto 15, 1989 – Exhortación Apostólica -Redemptoris Custos- sobre la persona y misión de San José en la Vida de Cristo y la Iglesia.

En el día 22 de febrero del 1987, el da la instrucción - Donum vitae- de la Congregación para la Doctrina, publicado el día 2 de marzo del 1987 – sobre el respecto de la vida humana su origen y sobre la dignidad de la procreación y salio la Carta Encíclica Redemptoris Mater – sobre la Santísima Virgen Maria en la Vida de la Iglesia Peregrina, en el mismo ano Mariano.

En 1994 declaro, el Año de la Familia; en febrero 2, la Carta a las Familias – para el Año Internacional de la Familia, el escribe “una persona va hacia delante de la familia para realizar en una nueva unidad de familia su vocación particular en la vida.”
Su devoción y amor hacía la Virgen María era evidente en los muchos viajes que hizo a diferentes santuarios Marianos, sus audiencias, sus escritos, todas las consagraciones a María durante su pontificado. El 16 de octubre de 2002 ,él entrega a la Iglesia la Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae sobre el Santo Rosario, e introdujo los misterios luminosos del Santo Rosario y proclamo el Año del Rosario de octubre 2002 a octubre del 2003. Su escudo papal también nos habla de su amor y total entrega a la Madre de Dios. El escudo del Papa Juan Pablo II quiere ser sobre todo un homenaje al misterio central del cristianismo, el misterio de la redención. Por ello presenta una cruz, si bien de forma distinta de los modelos acostumbrados en heráldica. La razón de que el brazo vertical de dicha cruz esté algo desplazado hacia la izquierda queda patente al ver el tema que figura en la parte derecha: una M mayúscula, grande y majestuosa, que recuerda la presencia de María al pie de la cruz y su participación excepcional en la redención. La fuerte devoción del Pontífice a la Santísima Virgen se manifiesta así y estaba ya expresada en el lema del cardenal Wojtyla: «Totus tuus». No se debe olvidar que precisamente en el territorio de la provincia eclesiástica de Cracovia está enclavado el celebérrimo Czestochowa, donde desde hace siglos el pueblo polaco centra su devoción a la Virgen.

El Siervo de Dios también publicó cinco libros como doctor privado: "Cruzando el umbral de la esperanza" (octubre de 1994);"Don y misterio: en el quincuagésimo aniversario de mi ordenación sacerdotal" (noviembre de 1996); "Tríptico romano - Meditaciones", libro de poesías (marzo de 2003); “¡Levantaos! ¡Vamos!” (Mayo de 2004) y “Memoria e identidad” (febrero de 2005).

Juan Pablo II falleció el 2 de abril de 2005, a las 9:37pm, mientras concluía el sábado, y ya habíamos entrado en la octava de Pascua y domingo de la Divina Misericordia.
Desde aquella noche hasta el 8 de abril, día en que se celebraron las exequias del difunto pontífice, más de tres millones de peregrinos rindieron homenaje a Juan Pablo II, haciendo incluso 24 horas de cola para poder acceder a la basílica de San Pedro.
Resuenan en nuestros corazones estas palabras del Siervo de Dios: “Me voy, pero no me voy. Me voy, pero no me ausento, pues, aunque me voy, de corazón me quedo.” (Juan Pablo II – en Méjico)
Beatificado el 1 de Mayo, 2011 (Domingo de la Divina Misericordia)
 


Oración a Nta. Señora de Kalwaria por SS Juan Pablo II (Julio 2002)
“Dirige, oh Señora de las gracias, tu mirada a este pueblo que desde hace siglos permanece fiel a ti y a tu hijo. Dirige la mirada a esta nación, que siempre ha puesto su esperanza en tu amor de Madre. Dirige a nosotros la mirada, de esos tus ojos misericordiosos, y obténnos lo que tus hijos más necesitan. Abre el corazón de los ricos a las necesidades de los pobres y de los que sufren. Haz que los desempleados encuentren trabajo. Ayuda a los que se han quedado en la calle a encontrar una vivienda. Dona a las familias el amor que les permite superar todas las dificultades. Indica a los jóvenes el camino y las perspectivas para el futuro. Envuelve a los niños con el manto de tu protección, para que no sufran. Anima a las comunidades religiosas con la gracia de la fe, la esperanza y la caridad. Haz que los sacerdotes sigan las huellas de tu Hijo dando cada día la vida por las ovejas. Obtén para los obispos la luz del Espíritu Santo, para que guíen a la Iglesia en estas tierras hacia el Reino de tu Hijo por un camino único y recto.
Madre Santísima, nuestra Señora de Kalwaria, obtén también para mí las fuerzas del cuerpo y del espíritu, para que pueda cumplir hasta el fin la misión que me ha encomendado el Resucitado. En ti pongo todos los frutos de mi vida y de mi ministerio; a ti encomiendo el destino de la Iglesia, a ti entrego mi nación; en tí confío y te declaro una vez más: Totus Tuus, María! Totus Tuus! Amén”.