El Papa Francisco cuenta cómo intentaron corromperle


Durante el vuelo papal de Filipinas a Roma, el Santo Padre recordó que la persona corrupta roba al pueblo

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 21 de enero de 2015 (Zenit.org) - Son muchas las ocasiones en las que el santo padre Francisco ha condenado la corrupción y ha explicado cómo ésta es culpable de muchos males en la sociedad de hoy. ¡Pecadores sí, todos, pero corruptos no!, ha exclamado más de una vez. El tema fue nuevamente abordado en la rueda de prensa del avión de regreso de Filipinas hacia Roma.

La pregunta que una periodista filipina hizo al Papa fue “¿qué puede hacer su Santidad para combatir la corrupción, no sólo en el gobierno, sino tal vez en la Iglesia también?”

De este modo, el Pontífice señaló que “la corrupción hoy en el mundo está a la orden del día y la actitud corrupta se anida enseguida fácilmente en las instituciones”. Porque --explicó-- una institución que tiene muchos sectores por aquí y por allí, tiene muchos jefes y vicejefes, es muy fácil que allí pueda anidar la corrupción. Cada institución puede caer en esto.

Y así, precisó que “la corrupción es quitar al pueblo”. La persona corrupta, que hace negocios corruptos, o gobierna de forma corrupta o va a asociarse con los otros para hacer un negocio corrupto, roba al pueblo, precisó Francisco.

Asimismo aseguró que la corrupción no está cerrada en sí misma, se mueve y mata. Al respecto, el Santo Padre indicó que la corrupción es un problema mundial.

Francisco quiso poner un ejemplo basándose en su experiencia personal y narró una historia: “Una vez, en el año 2001 más o menos, pedí al Jefe de Gabinete del Presidente en ese momento --era un gobierno que nosotros pensábamos que no era muy corrupto, y era verdad, no era muy corrupto el gobierno--: ‘Dígame, las ayudas que ustedes envían dentro del país, ya sea en efectivo, ya sea en cosas para alimentación, vestido, todas estas cosas, ¿cuánto llega al lugar?’ Enseguida este hombre, que es un hombre verdadero, limpio, enseguida dijo: ‘El 35 por ciento’. Así me ha dicho. Año 2001, en mi patria”.

A continuación, habló de “la corrupción en las instituciones eclesiales”, matizando que cuando él habla de Iglesia le gusta hablar de “los fieles, los bautizados, toda la Iglesia. Y es mejor hablar de pecadores. Todos somos pecadores. Pero cuando hablamos de corrupción, hablamos o de personas corruptas o de instituciones de la Iglesia que caen en la corrupción, y hay casos, sí, los hay”.

De nuevo puso un ejemplo: “Yo recuerdo una vez, en el año 1994, apenas nombrado obispo del barrio de Flores en Buenos Aires, vinieron a verme dos empleados o funcionarios de un ministerio a decirme: ‘Usted tiene mucha necesidad aquí, con tantos pobres, en las Villas miserias...’ Y añadieron: ‘Nosotros podemos ayudarle. Tenemos, si usted quiere, una ayuda de 400 mil pesos’. En aquella época el peso y el dólar eran 1 a 1: 400 mil dólares. ‘¿Y ustedes pueden hacer?’ ‘Pero sí, sí’. Yo escuchaba, porque ‘cuando la ofrenda es muy grande, incluso el santo desconfía’; y después proseguían: ‘Para hacer esto, nosotros le hacemos el ingreso y después usted nos da la mitad’. En ese momento yo pensé: ¿qué hacer? o les insulto, o les doy una patada donde el sol no brilla, o me hago el tonto. Y me hice el tonto. Dije, pero con la verdad, dije: ‘Usted sabe que nosotros en las vicarías no tenemos cuenta; usted debe hacer el ingreso en el arzobispado con el recibo”. Y es todo. ‘Ah, no sabíamos… como...’, y se fueron. Pero después pensé: si estos dos han llegado directamente, sin pedir permiso --es un pensamiento malo-- es porque algún otro ha dicho que sí. ¡Pero es un pensamiento malo!... La corrupción es fácil hacerla”.

Por eso, finalmente, el Papa pidió recordar una cosa: ”¡pecadores sí, corruptos no!¡Corruptos nunca! Debemos pedir perdón por esos católicos, esos cristianos, que escandalizan su corrupción. Es una plaga en la Iglesia, pero hay muchos santos, y santos pecadores, pero no corruptos. ¡Miremos también a la otra parte, a la Iglesia santa!”

Santa Teresa y San José

Frase
Aunque tengan muchos santos por abogados, tengan particularmente a san José, que alcanza mucho de Dios.” (Santa Teresa)



Anécdota

Santa Teresa de Jesús – Glorioso San José


Santa Teresa era muy devota de San José, ella misma cuenta:

- Creo que ya hace algunos años que el día de su fiesta le pido una cosa y siempre la veo cumplida; si la petición va algo torcida, él la endereza para más bien mío.

Una vez estaba en un apuro del que no sabía cómo salir, pues no tenía dinero para pagar a unos albañiles, y se me apareció san José, mi verdadero padre y señor, y me dijo que no faltaría dinero y que los contratara; y así lo hice, sin un céntimo. Y el Señor de modo maravilloso que asombraba a los que lo oían, me proveyó. Al glorioso san José no es que lo vi con tanta claridad, aunque vi muy bien que estaba allí, como en las visiones que no se ven..

Su consejo es el siguiente:

- Quien no hallare maestro que le enseñe a orar, tome a este glorioso Santo por maestro y no errará el camino.

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

SAN JOSÉ POR SANTA TERESA DE JESÚS
Santa Teresa de Jesús, se encomendó a san José, es así como ella habla mucho de el, y fue gran devota de este Santo.
Esta es una selección de párrafos escrito Santa Teresa.

SOBRE SAN JOSE
1.- Y tomé por abogado y señor al glorioso san José y me encomendé mucho a élVi claro que, tanto de esta necesidad como de otras mayores, de perder la fama y el alma, este padre y señor mío me libró mejor de lo que yo lo sabía pedir. No me acuerdo hasta hoy de haberle suplicado nada que no me lo haya concedido (V 6,6).
Es cosa que espanta las grandes mercedes que me ha hecho Dios por medio de este bienaventurado santo, y de los peligros de que me ha librado, así de cuerpo como de alma; que a otros santos parece que les dio el Señor gracia para socorrer en una necesidad; pero a este glorioso santo tengo experiencia de que socorre en todas, y quiere el Señor darnos a entender, que así como le estuvo sometido en la tierra, pues como tenía nombre de padre, siendo custodio, le podía mandar, así en el cielo hace cuanto le pide.
2.- Y esto lo han comprobado algunas personas, a quienes yo decía que se encomendasen a él, también por experiencia; y aun hay muchas que han comenzado a tenerle devoción, habiendo experimentado esta verdad (V 6, 6)
3.- Procuraba yo celebrar su fiesta con toda la solemnidad que podía, más llena de vanidad que de espíritu, queriendo que se hiciese bien y con muchos detalles, aunque con buena intención (V 6, 7).
4.- Querría yo persuadir a todos que fuesen devotos de este glorioso santo, por la gran experiencia que tengo de los bienes que alcanza de Dios. No he conocido a nadie que le tenga verdadera devoción y le haga particulares servicios, que no lo vea más aprovechado en la virtud; pues ayuda mucho a las almas que a él se encomiendan (V 6, 7).
5.- Creo que ya hace algunos años que el día de su fiesta le pido una cosa y siempre la veo cumplida; si la petición va algo torcida, él la endereza para más bien mío (V 6, 7).
6.- Quien no hallare maestro que le enseñe a orar, tome a este glorioso Santo por maestro y no errará el camino. No quiera el Señor que haya yo errado atreviéndome a hablar de él; porque aunque publico que soy devota suya, en servirle y en imitarle siempre he fallado. Pues él hizo, como quien es, que yo pudiera levantarme y no estar tullida; y yo, como quien soy, usando mal de esta merced (V 6, 8).
6.- No me hartaba de dar gracias a Dios y al glorioso Padre mío san José, que me pareció que él lo había traído, porque fray Pedro era Comisario General de la Custodia de san José, a quien me encomendaba mucho, y a nuestra Señora (V 3, 7).
7.- Un día, después de comulgar, Su Majestad me mandó con mucha insistencia que lo intentara con todas mis fuerzas, y me hizo grandes promesas de que se haría el monasterio, y que Dios se glorificaría mucho en él, y que su título fuese de san José, que él nos ampararía en una puerta y nuestra Señora en la otra (V 32, 11).
8.- Una vez estaba en un apuro del que no sabía cómo salir, pues no tenía dinero para pagar a unos albañiles, y se me apareció san José, mi verdadero padre y señor, y me dijo que no faltaría dinero y que los contratara; y así lo hice, sin un céntimo. Y el Señor de modo maravilloso que asombraba a los que lo oían, me proveyó (V 33, 12).
9.- Al glorioso san José no vi con tanta claridad, aunque vi muy bien que estaba allí, como en las visiones que he dicho que no se ven (V 33, 15).
10.- Mas ¡ay, hijas!, encomiéndenme a Dios y sean devotas de san José, que puede mucho (Cc 28ª).
11.- Ya entonces yo oraba mucho a nuestro Señor, suplicándole que  no me fuese sin dejarles casa (en Sevilla), y hacía que las hermanas se lo pidiesen y al glorioso san José, y hacíamos muchas procesiones (F 25, 3).
12.- Las hermanas habían pedido mucho a san José que para su día tuviese casa (en Burgos), y sin pensar que la tendrían tan pronto, se lo cumplió (F 31, 36).
13.- Los días primeros de pascua, u otros días de solemnidad, podrán cantar Laudes, en especial el día del glorioso de san José (Const 1, 3).
14.- Aunque tenga muchos santos por abogados, tengan particularmente a san José, que alcanza mucho de Dios (Av 65).

p.s.donoso@vtr.net