Servir por amor, no por vanagloria: Gál 1, 10.
Poniendo nuestros dones al servicio de los demás: 1 Pe 4, 10.
Sirviéndonos mutuamente en el amor: Flp 2, 3; Gál 5, 13-14.
"No olvidemos Nunca que el verdadero Poder es el Servicio" (Papa Francisco).
"La ciencia moderna aún no ha producido un medicamento tranquilizador tan eficaz como unas palabras bondadosas" (Sigmund Freud)
" El bien que hemos hecho nos da una satisfacción interior, que es la más dulce de todas las pasiones". (René Descartes, filósofo, matemático y físico francés, 1596-1650)
Bendita sea la santa e inmaculada Concepción de la gloriosa Virgen María, Madre de Dios.
Por vuestra Inmaculada Concepción, oh María, haced puro mi cuerpo y santa el alma mía.
Oh María, concebida sin pecado, rogad por nosotros, que recurrimos a Vos.
La confianza siempre produce transiciones en nuestra vida
Una persona que transmite confianza , tiene la energía interna para que se le abran nuevas puertas
No sacrifiques la confianza que gente ha puesto en ti. Eso te podría cerrar muchas puertas
Proyecta tu confianza primero en Dios y luego a quienes te rodean
Respeto: Una cualidad del amor que nos mueve a aceptar a los otros tal como son.
Gracias al respeto valoramos la gran dignidad de toda persona humana hecha a imagen y semejanza de Dios.
El respeto es fuente de armonía porque nos anima a valorar las diferencias, como lo hace un pintor con los colores o un músico con las notas o ritmos
Dios nos concede a todos el don de comunicarnos sin ofensas, sin juicios, sin altanerías,con aprecio que genera acogida y mutua aceptación.
Toda la Biblia es un diálogo amoroso y salvífico de Dios con los hombres. Un diálogo que lleva a su culmen y su plenitud cuando la palabra de Dios que es su Hijo, se hace carne, se hace hombre
Sencillez es la virtud de las almas grandes y de las personas nobles.
Sencillez que fue el adorno de María de Nazaret tal como ella misma lo proclama en su canto de Magníficat.
"Mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador porque ha mirado la humildad de su esclava" Lucas 1, 47 - 48
El amor sólo reina en los corazones humildes, capaces de reconocer sus limitaciones y de perdonar su altivez.
Es gracias a la humildad que actuamos con delicadeza, sin creernos más que nadie, imitando la sencillez de un Dios que “se despojó de sí mismo y tomó la condición de siervo” Filipenses 2, 6 – 11.
Crecer en sencillez es un estupendo regalo para nuestras relaciones.
Recordemos que en la pequeñez está la verdadera grandeza
y que el orgullo acaba con el amor.
Es en la entrega generosa de nosotros mismos donde se muestra la profundidad de un amor que no se agota en las palabras.
Es en la entrega generosa de nosotros mismos donde se muestra la profundidad de un amor que no se agota en las palabras.
Tomemos pues, la mejor decisión: dar cariño, afecto, ternura y perdón; dar tiempo y dar alegría y esperanza.
Les deseo paz, salud, amor, alegría y mucha felicidad.
Que la estrella de Belén les ilumine con todos estos dones.
Que sus segundos se llenen de magia, sus minutos de risa, sus horas de amor
y en sus corazones crezcan la alegría, la paz y la esperanza.
Ábranse los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío,
como riego santo.
Ven hermoso niño,
ven Dios humanado.
Luce hermosa estrella,
brota flor del campo.
Dulce Jesús mío mi niño adorado.
¡Ven a nuestras almás!
¡Ven no tardes tanto!