“Comienza haciendo lo que es necesario, después lo que es posible y de repente estarás haciendo lo imposible” (San Francisco de Asis)
Anécdota
San Francisco de Asís – Espíritu de sencillez
En los comienzos de la Orden, estaba una vez San Francisco reunido con sus compañeros en un oratorio hablando de Cristo.
En esto, impulsado por el fervor de su espíritu, mandó a uno de ellos que, en nombre de Dios, abriese la boca y hablase de Dios como el Espíritu Santo le inspirase. Obediente al mandato recibido, el hermano habló de Dios maravillosamente; San Francisco le impuso silencio, y mandó lo mismo a otro; éste obedeció, a su vez, y habló de Dios con mucha penetración; San Francisco le impuso silencio de la misma manera y mandó al tercero que hablase de Dios; también éste comenzó a hablar tan profundamente de las cosas secretas de Dios, que San Francisco conoció que, al igual que los otros dos, hablaba bajo la acción del Espíritu Santo.
Luego dijo:
- Hermanos míos amadísimos, den gracias a Dios, que ha querido, por la boca de los sencillos, revelar los tesoros de la divina sabiduría, ya que Dios es quien abre la boca a los mudos y hace hablar sabiamente a los sencillos.