En todas partes y en todos tiempos hallamos ejemplos de cómo Dios se complace en confundir a los soberbios.
Y no solamente el orgulloso es aborrecible a los ojos de Dios, sino que también resulta insoportable a los hombres.
¿Por qué causa? Pues porque no puede avenirse con nadie. Unas veces quiere elevarse por encima de sus iguales, otras quiere igualarse con los que están sobre él, de manera que nunca puede estar en paz con nadie.
Así es que los orgullosos están siempre en controversia con alguien, por lo cual todo el mundo los odia, huye de ellos y los desprecia.
No hay pecado que produzca un cambio tan radical en el que lo comete como el orgullo.
Por él, un Ángel, la criatura más hermosa, se convirtió en el más horrible demonio, y entre los hombres, a un hijo de Dios lo convierte en esclavo de Satán”.
San Juan María Vianney
“El poder político, católico o no,
ni puede obligar a abrazar
la fe religiosa que no gusta,
ni puede impedir abrazar
y profesar una fe que gusta.”
Papa Juan Pablo I