"Los Santos mueren santamente, porque han vivido santamente: los malvados perseveran en el crimen en el momento de la muerte porque en él perseveraron durante su vida.
¿Quieres saber cómo morirás?, mira cómo vives".
(San Pedro de Verona)
Millones de católicos diariamente rezan la oración del Avemaría, a veces con prisa, sin pensar en lo que dicen. Sin embargo... ¡esta oración es una mina de oro!
San Bernardo y muchos otros santos enfatizaron que María nunca se negó a escuchar las oraciones de sus hijos. ¿Por qué rechazar el amor y el consuelo que nos ofrece la dulce Madre de Dios?
Hugo Lammer era un cristiano convencido, pero era un predicador violento contra la Iglesia Católica. Un día, se encontró con una explicación del Ave María que lo deleitó, y comenzó a rezarla todos los días. Entonces toda su animosidad anticatólica desapareció como por arte de magia. Se convirtió en sacerdote y profesor de teología católica en Breslau, una ciudad de Silesia, Polonia.
Hay miles de historias similares: un sacerdote está cerca de un hombre que muere desesperado debido a sus pecados y falta de fe. El hombre se niega a confesarse. El sacerdote consigue que rece al menos un Ave María. Poco después, el infeliz hace una confesión sincera y muere en la gracia de Dios.
Julio 20
Si estás angustiado por algo pequeño, que no vale la pena, dedica un momento a ampliar tu mente. No te quedes encerrado en la pequeñez. Imagina el océano inmenso, comienza por las olas que rompen en la costa y entra con tu imaginación, como si subieras a un alto acantilado y pudieras contemplar toda esa inmensidad donde habitan millones de peces. O imagina el cielo, la grandeza del universo, las estrellas y las galaxias incontables.
¿Qué eres al lado de tanta grandeza? Será mejor todavía si intentas imaginar a Dios infinito, más allá de todo.
¿Qué es este pequeño problema tuyo al lado de esa belleza ilimitada?
(Mons. Víctor M. Fernández)
Señor de mi vida, hoy quiero revisar todas mis acciones y pensamientos y tratar de ponerlos en orden a tu deseo de salvación. Quiero poner todo mi esfuerzo en hacer fecunda cada una de las obras que emprenda.
Quiero ser un testigo viviente de tu compasión y estar a tono con tu estilo de vida: el de enseñar y cumplir con la voluntad del Padre que nos ama. Y para esto cuento contigo, con tu gracia, con bendición y con el poder de tu Palabra.
Tú eres el gran amigo fiel, ese amigo que impulsa y me infunde ánimos para que yo pueda cumplir con esta misión y salir adelante.
Te necesito a mi lado para que me liberes de todas aquellas ataduras que no me permiten ser coherente con toda la fe que profeso.
Te necesito para que me liberes de mis inseguridades, de todas esas emociones negativas que a veces anidan en mi corazón.
Acudo a tu infinita compasión para que me des la paz en medio de tantos agobios.
Sé que me amas y por eso confío en tu poder y en tu amistad plena. Ven y sopla sobre mí la fuerza del Espíritu Santo para que me ayude a creer y a vencer el miedo, a derrotar esa falta de compromiso y asumir con fe y coherencia tu Palabra en mi vida.
Amén.