Extractos de cartas del Padre Pío- Junio 19

"Cuando no puedo asistir a la Santa Misa, adoro el Cuerpo de Cristo con los ojos del espíritu en la oración, lo mismo que le adoro cuando le veo en la Misa.
San Francisco de Asis













Extractos de cartas del Padre Pío
(Recopilación: P. Gianluigi Pasquale en “365 días con el Padre Pío”)



Junio 19


¿Dónde debo encontrar a mi Dios? ¿Dónde apoyar este pobre corazón, que siento como desgajarse del pecho? Lo busco con constancia, pero no lo encuentro; llamo al corazón del divino prisionero y no me responde.

¿Qué es, pues, esto? ¿Mi infidelidad lo ha hecho así de inflexible? ¿Podré esperar misericordia y que Él, al fin, escuche mis gritos, o debo renunciar a esta esperanza? Oh Dios, que la horridez de mi obstinación sea al fin vencida. ¡Bien mío!, que yo te ame al límite de ese amor que tú me pides; que yo te encuentre por fin en esta afanosa y lacerante búsqueda.

Padre mío, desnudo y desvalido está mi espíritu; árido y seco para su Dios está este corazón; espíritu y corazón ya casi no se mueven por aquel que los creó por su bondad. Ya casi no tengo fe; soy incapaz de levantarme en las alas afortunadas de la esperanza, virtud tan necesaria para abandonarse en Dios, cuando el momento álgido de la tempestad golpea y la desbordante medida de mi miseria me aplasta. No tengo caridad.

¡Ah!, que amar a mi Dios es consecuencia de un conocimiento pleno, de una fe expresada en obras, y de unas promesas en las que el alma se sumerge, se recrea y se abandona, e incluso reposa en la dulce esperanza. No tengo caridad para el prójimo, porque esta es consecuencia de aquella; y, faltando la primera, de la que desciende a las ramas la savia vital, todas las ramas se secan.




(19 de junio de 1918, al P. Benedetto
da San Marco in Lamis, Ep. I, 1033)