Frase
"Abrázense humildemente con las cosas que más los humillen y anonaden, como medios propicios para hacer que triunfe el dulce y amable Corazón de Jesús, y reine el de ustedes en el suyo."
(Santa Margarita María de Alacoque)
Anécdota
Santa Teresa de Jesús – Servir y aprender...
En medio de la reforma del Carmelo, fue nombrada como superiora de un convento en el cual las religiosas estaban tan negadas a obedecerle, hasta el punto que su sola presencia producía ataques de histeria en algunas.
Santa Teresa comenzó por explicarles que su misión en la reforma no consistía en instruirlas y guiarlas con el látigo en la mano, sino en servirlas y aprender de ellas:
- Madres y hermanas mías, el Señor me ha enviado aquí por la voz de la obediencia a desempeñar un oficio en el que yo jamás había pensado y para el que me siento muy mal preparada... Mi única intención es serviros... No temáis mi gobierno. Aunque he vivido largo tiempo entre las carmelitas descalzas y he sido su superiora, sé también, por la misericordia del Señor, cómo gobernar las carmelitas calzadas.
De este modo, se fue ganando la simpatía y el afecto de la comunidad, y le fue menos difícil restablecer la disciplina entre las carmelitas calzadas...
La transverberación.
Esta palabra significa: atravesarlo a uno con una gran herida. Dice ella: "Vi un ángel que venía del tronco de Dios, con una espada de oro que ardía al rojo vivo como una brasa encendida, y clavó esa espada en mi corazón. Desde ese momento sentí en mi alma el más grande amor a Dios".
Desde entonces para Teresa ya no hay sino un solo motivo para vivir: demostrar a Dios con obras, palabras, sufrimientos y pensamientos que lo ama con todo su corazón. Y obtener que otros lo amen también.
Al hacer la autopsia del cadáver de la santa encontraron en su corazón una cicatriz larga y profunda.
Para corresponder a esta gracia la santa hizo el voto o juramento de hacer siempre lo que más perfecto le pareciera y lo que creyera que le era más agradable a Dios. Y lo cumplió a la perfección. Un juramento de estos no lo pueden hacer sino personas extraordinariamente santas.
Desde entonces para Teresa ya no hay sino un solo motivo para vivir: demostrar a Dios con obras, palabras, sufrimientos y pensamientos que lo ama con todo su corazón. Y obtener que otros lo amen también.
Al hacer la autopsia del cadáver de la santa encontraron en su corazón una cicatriz larga y profunda.
Para corresponder a esta gracia la santa hizo el voto o juramento de hacer siempre lo que más perfecto le pareciera y lo que creyera que le era más agradable a Dios. Y lo cumplió a la perfección. Un juramento de estos no lo pueden hacer sino personas extraordinariamente santas.