El 19 de abril de 2018 se cumple el decimotercero aniversario de la elección del cardenal Joseph Ratzinger como Sucesor de Pedro, cuando salió al balcón de la logia y se presentó como un “simple y humilde trabajador en la viña del Señor”.
El hoy papa Emérito manifestó que fue “increíble” y un “shock” su elección. “Yo estaba convencido de que había otros mejores y más jóvenes. Por qué me hacía esto el Señor, tenía que dejarlo en sus manos. Yo intenté mantener la serenidad, confiando plenamente en que, ahora, Él me iba a conducir”, dijo en el libro Luz del Mundo, una conversación con Peter Seewald.
De hecho, esta confianza en Dios la manifestó desde el principio en ese día que se presentó a los fieles que abarrotaban Plaza de San Pedro: “Me consuela el hecho de que el Señor sabe trabajar y actuar también con instrumentos insuficientes, y sobre todo confío en vuestras oraciones… el Señor nos ayudará y María Santísima Madre está de nuestra parte”.
De un cónclave especialmente corto, de 23 horas de duración, surge el 265 obispo de Roma. El pontífice decidió llamarse Benedicto, basándose en el fundador de los benedictinos, Benito de Nursia y Benedicto XV, el papa de la paz, que enfrentó la primera guerra mundial.
En esta linea también enfrentó una guerra, una guerra cultural, en una sociedad liquida. Para la muestra se puede leer el primer discurso del Pontífice en la Capilla Sixtina, el 18 de abril 2005, sobre el relativismo.
Ocho años de pontificado, en los que Benedicto XVI visitó 24 países, cuatro continentes. Publicó el Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, su primer encíclica Dios es amor (Deus Caritas est), “Caritas in veritate”, “Spe Salvi” (Salvados por la esperanza). Y en sus mensajes acercaba a la Iglesia a una visión cristocentrica.
Benedicto XVI da, por primera vez en la historia del papado, una entrevista televisiva al canal polaco TVP. No cabe duda que Francisco sigue esa linea, incluso usando el canal de Twitter abierto por Benedicto XVI @Pontifex.
Prosigue el diálogo con los luteranos y es el primer papa en visitar un templo Judío en Alemania (19.08.2005), insta y fomenta el diálogo entre palestinos e israelíes. Inicia la Reforma de la Curia que continúa hoy su Sucesor latinoamericano junto con el consejo de cardenales que le asesoran.
Benedicto XVI abandona el titulo de “Patriarca de Occidente”, un obstáculo para el diálogo con las iglesias ortodoxas de oriente (18.02.2005). Encuentra al metropolitano Kiril para construir un nexo, luego, él será nombrado patriarca de su Iglesia. Otra puerta dejada abierta que encontró el Papa Francisco.
El Papa alemán demuestra mansedumbre y coherencia en su gesto de visitar el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau (28.05.2005). Igualmente, en febrero de 2008, modifica la liturgia del viernes santo para quitar esa formula enconosa en el diálogo interreligioso “por los judíos” en el marco de la misa tridentina. Se manifestó también contra el antisemitismo y la discriminación (9.11.2008).
En su viaje a Turquía del 28 noviembre al 1 de diciembre, visitó por segunda vez en la historia un templo islámico, la mezquita Sultán Ahmed. Luego de un primer resbalón comunicativo por el discurso de Ratisbona con el mundo islámico, recupera fomentando el acercamiento con los musulmanes favoreciendo una cultura de la paz, esto para que la fe y la razón repelan la violencia en el Islam.
Pidió a la cumbre del G-8 la cancelación de la deuda externa de los países más pobres en una carta dirigida a Angela Merkel, canciller alemana que presidía esa organización. El grito con los pobres ya se escuchaba antes de Francisco.
Benedicto XVI fue el primer papa en designar oficialmente América Latina como “el continente de la esperanza”. Y manifestaba que allí venía una nueva onda de fe y fuerza evangelizadora que la cansada Europa podía canalizar.
En su viaje a Estados Unidos, en medio del ciclón de los escándalos por la pedofilia actuada por clérigos, el 17 de abril de 2008, el Papa encuentra por primera vez a hombres y mujeres víctimas de abusos y les pide perdón.
Sobre los abusos, la espina del pontificado de Juan Pablo II y en consecuencia la cola del sucesivo, Benedicto tuvo posiciones claras y discontinuas con el pasado. El 19 de julio de 2008, por ejemplo, en su viaje a Sybney para la JMJ pidió disculpas. Reconoció la vergüenza de los abusos a menores en esa nación.
El 19 de mayo 2006, exige a Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, que renuncie por ser investigado por abusos sexuales a seminaristas. Ratzinger se propone ‘limpiar la suciedad’ en la Iglesia.
Aunque si no visitó Asia, fue el Papa que saltó el filtro del control oficial para dirigirse con una carta al pueblo sufrido católico de China. Llama a los 12 millones de fieles, divididos en dos bandos, a seguir a Pedro en la unión e insta a la diplomacia vaticana y china a tener un puente (27.05.2006).
Tras casi ocho años de mandato y a punto de cumplir 86 años, Benedicto XVI renuncia, seis siglos tuvieron que pasar para que un pontífice hiciera algo así y puso fin a su papado el 28 de febrero 2013.
Motivó esa revolución por los achaques de la edad (cumpliría en breve 86 años) y sostuvo con sinceridad que no tenía fuerzas.
Sus colaboradores revelan, recientemente, en un documental realizado por RomeReports que los médicos le aconsejaron no viajar a Brasil para la JMJ, y de ahí decidió retirarse y ‘dedicarse’ a la oración y el estudio en el monasterio Mater Ecclesiae en el Vaticano.
Benedicto XVI y Francisco han tenido varios momentos de encuentro, se recuerda la aparición juntos durante la canonización de San Juan Pablo II y San Juan XXIII (2014).
Ambos también participaron en la apertura de la Puerta Santa del Jubileo de la Misericordia en la Basílica de San Pedro en 2015.
En ocasión del 91 cumpleaños de Benedicto XVI, el pasado 16 de abril de 2018, la oficina de prensa de la Santa Sede informó que el Papa está bien y celebró su fiesta en un clima familiar.