Acudamos a María

María quiere que pongamos en su protección
nuestra esperanza.
Lo que no puedan los hombres, lo hará ella.
San Juan Bosco

Al despertar esta mañana me preguntaba: ¿qué voy a hacer con mi vida? 
Y allí mismo, en mi habitación, encontré la respuesta...
El techo me dijo: Tú puedes llegar alto.
La ventana me dijo: Observa y disfruta lo maravilloso que hay en el universo.
El reloj me dijo: Valora cada segundo de tu vida porque cuenta mucho.
El espejo me dijo: Examínate antes de actuar.
El calendario me dijo: Actualízate... vive el presente.
La puerta me dijo: Abre la mente y el corazón para luchar por tus metas.
El piso me dijo: Arrodíllate y nunca te olvides de orar a Dios.
¡Feliz día para todas nuestras familias! 



 Siempre, pero especialmente en este mes de mayo dedicado a María, tengamos en cuenta que el Rosario es como una capilla portátil que podemos llevar en nuestro bolsillo y sacarla en cualquier momento y en cualquier lugar.

 Si tenemos un problema inesperado que presentar a Dios en nuestra oración o si simplemente queremos llenar parte de nuestro día con la idea de Dios, todo lo que tenemos que hacer es sacar nuestro Rosario y volvernos al Señor por medio de esta oración.

El Rosario nos acompañará en todo momento y podremos rezarlo mientras viajamos al trabajo, en ratos libres que tenemos durante el día, en la espera de un turno médico o en una fila esperando en el banco, y en muchas otras ocasiones más. Con el Rosario nunca nos sentiremos solos y estaremos protegidos por la misma a quien estamos orando: la Santísima Virgen María.



Mayo 23
Nadie te dio la misión de estar juzgando permanentemente a los demás, controlando sus errores, clasificando a la gente en buenos y malos, encontrando defectos. Jesús nos invita a no juzgar (Lc 6,37).

Pero es imposible que evites juzgar a las personas si estás siempre juzgando la realidad, buscando el lado negativo de cada cosa, encontrando problemas en todo lo que suceda. Para dejar de juzgar, hay que aprender a descubrir lo bueno de cada momento, a mirar lo que ocurre como un desafío y no como un problema.
Para dejar de juzgar a los demás, tienes que aprender a vivir y a mirar de otra manera.
(Mons. Víctor M. Fernández)



Oración de San Bernardo
Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María! 
que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección,
 implorado vuestra asistencia y reclamado vuestro socorro, haya sido abandonado de Vos.
 
Animado con esta confianza, a Vos también acudo, ¡oh Madre, Virgen de las vírgenes!
Y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, 
me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.

No desechéis, ¡oh Madre de Dios!, mis humildes súplicas, 
antes bien, inclinad a ellas vuestros oídos y dignaos atenderlas favorablemente.