Que yo no tenga miedo de poner mi brazo en el hombro de alguien

"Deja de buscar afuera restos de placer y de satisfacción, aprobación, seguridad o amor
Tienes un tesoro dentro de ti, que es infinitamente mayor
que cualquier cosa que el mundo te pueda ofrecer".
(Eckhart Tolle)

Tanto la semilla intacta como la que rompe su cáscara tienen las mismas propiedades. Sin embargo, sólo la que rompe su cáscara es capaz de lanzarse a la aventura de la vida. 
Esta aventura requiere una única osadía: descubrir que no se puede vivir a través de la experiencia de los otros, y estar dispuesto a entregarse.

No se puede tener los ojos de uno, los oídos de otro, para saber de antemano lo que va a ocurrir; cada existencia es diferente de la otra. No importa lo que me espera, yo deseo estar con el corazón abierto para recibir.

Que yo no tenga miedo de poner mi brazo en el hombro de alguien, hasta que me lo corten. 
Que yo no tema hacer algo que nadie hizo antes, hasta que me hieran.
Déjenme ser tonto hoy, porque la tontería es todo lo que tengo para dar esta mañana; me pueden reprender por eso, pero no tiene importancia. 
Mañana, quien sabe, yo seré menos tonto.
(Kahlil Gibran)

Junio 9
Jesús recordaba a los discípulos que en el mundo de los poderes humanos unos tratan de dominar a otros y de hacerles sentir su poder. Pero les decía: ¡Que no sea así entre ustedes! (Mt 20:26).

La opción de los cristianos no es la de dominar sobre los otros, imponer la propia razón, ser servidos y adulados. Nuestra opción es esta: El que quiera ser el primero entre ustedes, que sea el esclavo de ustedes (Mt 20,27).
(Mons. Víctor M. Fernández)


Tú quisiste, Señor, que tu hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia.
Escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos y conceda a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén.