La gratitud nos hace felices

“No es la felicidad lo que nos hace agradecidos; es la gratitud lo que nos hace felices.
Todos conocemos personas que tienen todo lo necesario como para ser felices, y sin embargo no lo son, simplemente porque no están agradecidas por lo que tienen.
Por otro lado, todos conocemos también personas con que no son para nada afortunadas, y sin embargo irradian alegría, simplemente porque aún en medio de su miseria son agradecidas.
Así, la gratitud es la clave de la felicidad”
(David Steindl-Rast)

Es muy aleccionadora la anécdota que le ocurrió al padre Larrañaga y que él mismo relata: 

En una ciudad de México me pidieron que fuera al hospital a visitar a una mujer de 35 años, madre de cinco niños entre dos y doce años, que por una intervención quirúrgica mal hecha estaba agonizando y estaba en coma. Fui a su habitación en la clínica. La joven madre tenía todos los síntomas del estado de coma: inmovilidad absoluta, no oía ni miraba, respiración dificultosa con aparatos especiales. Al lado, el marido lloraba. En medio de una pena difícil de medir, comencé a improvisar en voz alta, con fervor, una oración de abandono, expresándome con toda el alma, poniéndome en el lugar de la agonizante.

Al terminar la oración, la joven madre no dio la más pequeña señal de reacción. Efectivamente, estaba en coma profundo. Al mes y medio, estando yo en otra ciudad, me comunicaron que la señora estaba en casa con sus cinco hijos completamente restablecida y feliz. Manifesté mi deseo de saber qué había pasado y la señora me hizo llegar las siguientes informaciones: Ella había oído todo cuanto había dicho. Y había asumido con emoción y fervor la actitud de abandono que le dio una completa tranquilidad y paz. 

Como consecuencia de tanta paz, según los médicos, pudo comenzar un ascenso en el proceso de su restablecimiento hasta llegar a sanarse completamente.

Debemos enlazar nuestros sueños con lo que está disponible en nuestra circunstancia. Hay que aprender a ver el lado positivo de todo lo que nos rodea. De esa manera, el éxito está asegurado.

Tenemos que asegurarnos que nuestros sueños y objetivos estén basados en la realidad. Aquellos basados en la fantasía son solo eso, ilusiones.

Incluso en los sueños basados en la realidad, debemos conocer nuestras capacidades y posibilidades de cumplirlos según la situación.

¿Consideramos los obstáculos que aparecen en nuestra vida como un reto? Entonces nuestro optimismo es correcto. Si de lo contrario salimos corriendo ante el primer problema, nuestro optimismo no nos llevará a ninguna parte. Los sueños que no son practicables no se harán realidad por más positivos que seamos.

Octubre 28
Si alguien te ha hecho sufrir, ¿por qué no te detienes a imaginar su rostro y a mirarlo con más ternura, con ojos de madre?
Es posible que te haya hecho daño a causa de un sufrimiento interior que perturba su alma.
Entonces trata de desearle que se resuelvan sus problemas y que se curen esos dolores de su alma, esas necesidades insatisfechas que torturan su corazón, eso que le lleva a hacer sufrir a otros.
Conviértete en un instrumento de Dios para sanarlo a través de tu oración.
Procura ser un manantial de bendición para su vida. Entonces ya no sentirás que tienes un enemigo, sino que tienes una misión.
(Mons. Víctor M. Fernández)


Tú quisiste, Señor, que tu hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia.

Escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos y conceda a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.

Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.