“Dos sedientos Jesús mío, Tú de almas y yo de saciar tu sed, ¿Qué nos detiene pues? …
¡Me complazco en no entender esto para poderte adorar en la dulce oscuridad de la fe,
que me muestra tus designios tan arriba de mi mísera comprensión!”
(SANTA MADRE LAURA)
El valor de una sola Misa es infinito, porque es el mismo Sacrificio del Calvario. Por eso es tan grave faltar un domingo a Misa, porque es como que le decimos a Jesús que no nos interesa estar junto a Él en el momento de su Pasión.
Porque efectivamente en la Misa estamos asistiendo REALMENTE a la Pasión de Jesús, si bien no lo vemos con los ojos materiales (aunque hubo Santos que sí lo veían), es necesario que lo veamos con los ojos de la fe, y que no dejemos de asistir a la Misa dominical, siempre que podamos.
En la Misa se reciben toda clase de gracias, incluso materiales, y hasta beneficios para nuestras empresas temporales y negocios. La verdad es que asistir a Misa el domingo es el mejor negocio que podemos hacer, no sólo espiritual, sino también material.
Recordemos que a la hora de la muerte el mayor consuelo será las Misas oídas en vida, y el mayor lamento será las Misas en que no participamos por pereza u otros motivos vanos.
Si hemos dejado de ir a Misa el domingo, es tiempo de que comencemos nuevamente a asistir a ella, y si queremos recibir la Eucaristía, hagamos una sincera confesión con el sacerdote, y volvamos a participar, comulgando también. Jamás nos arrepentiremos de esta decisión.
Porque efectivamente en la Misa estamos asistiendo REALMENTE a la Pasión de Jesús, si bien no lo vemos con los ojos materiales (aunque hubo Santos que sí lo veían), es necesario que lo veamos con los ojos de la fe, y que no dejemos de asistir a la Misa dominical, siempre que podamos.
En la Misa se reciben toda clase de gracias, incluso materiales, y hasta beneficios para nuestras empresas temporales y negocios. La verdad es que asistir a Misa el domingo es el mejor negocio que podemos hacer, no sólo espiritual, sino también material.
Recordemos que a la hora de la muerte el mayor consuelo será las Misas oídas en vida, y el mayor lamento será las Misas en que no participamos por pereza u otros motivos vanos.
Si hemos dejado de ir a Misa el domingo, es tiempo de que comencemos nuevamente a asistir a ella, y si queremos recibir la Eucaristía, hagamos una sincera confesión con el sacerdote, y volvamos a participar, comulgando también. Jamás nos arrepentiremos de esta decisión.
“Solo serás realmente libre cuando estés listo para soltar todo lo que te mantiene anclado y te encuentres contigo mismo, cuando entiendas que nada te pertenece y no perteneces a nadie, que eres lo que sientes y tienes lo que aprendes; solo es tuyo el amor y el aprendizaje, el resto es todo prestado.
Octubre 21
Cuando en vez de querer poseer te dispongas a apreciar, querer, disfrutar y a veces dejar ir. Solo en ese momento estarás listo para ser feliz y ser feliz con otros, porque al fin y al cabo la felicidad no es otra cosa que un estado de conciencia, una decisión basada en el autodescubrimiento y el desapego que te conducirá a la paz interior y al equilibrio emocional”.
Emiliano Sánchez
Emiliano Sánchez
Octubre 21
Yo fui rescatado por pura misericordia, la vida misma es un regalo completamente gratuito que Dios me dio.
Por lo tanto yo también estoy llamado a dar gratis, sin exigir nada a cambio, estoy llamado a dar generosamente más allá de lo que me hagan los demás.
Por eso Jesús nos pide en el Evangelio: Ustedes recibieron gratuitamente, den también gratuitamente (Mt 10,8).
(Mons. Víctor M. Fernández)
Tú quisiste, Señor, que tu hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia.
Escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos y conceda a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.