Para vivir... es necesario coraje

“Señor, toma este corazón de piedra, y dame un corazón de hombre: 
un corazón que te ame, un corazón que se alegre en ti, que te imite y que te complazca”
🌞
“¡Si tú también quieres poseer a Cristo, 
búscalo incesantemente y no temas a los sufrimientos!”
🌞
“Cuando pidas perdón por ti, 
es bueno que también te recuerdes en ese momento de perdonar a los demás”
San Ambrosio

Para vivir... es necesario coraje.
Tanto la semilla intacta como la que rompe su cáscara tienen las mismas propiedades. Sin embargo, sólo la que rompe su cáscara es capaz de lanzarse a la aventura de la vida.
Esta aventura requiere una única osadía: descubrir que no se puede vivir a través de la experiencia de los otros, y estar dispuesto a entregarse.

No se puede tener los ojos de uno, los oídos de otro, para saber de antemano lo que va a ocurrir; cada existencia es diferente de la otra.
No importa lo que me espera, yo deseo estar con el corazón abierto para recibir.
Que yo no tenga miedo de poner mi brazo en el hombro de alguien, hasta que me lo corten.
Que yo no tema hacer algo que nadie hizo antes, hasta que me hieran.
Déjenme ser tonto hoy, porque la tontería es todo lo que tengo para dar esta mañana; me pueden reprender por eso, pero no tiene importancia. Mañana, quien sabe, yo seré menos tonto.
(Kahlil Gibran)

Dios de mi vida, quiero entregarte hoy mi corazón para que lo trabajes con tu Palabra y hagas una obra de amor en él. Tú siempre estás a mi lado y me haces vencer muchos obstáculos, por eso, siguiendo Tus pasos, nada puede causarme temor ni dolor, porque Tú me infundes fortaleza y llenas mi espíritu con ánimos para luchar con todas las fuerzas de mi corazón. Quiero conocerte cada día un poquito más, llenarme de gozo al descubrirte en mi pequeñez y darte a conocer a los demás, no con grandes discursos, sino con pequeños actos de amor que muestran Tu compasión y vislumbran un destello de Tus bendiciones.

Con estas “puntadas” quiero llevar Tu mensaje de salvación con alegría, dando esperanzas a los corazones apaciguados por las desdichas y por las soledades sufridas. Acepto con fidelidad Tu propuesta de llevarte a todos los confines del mundo, porque estoy seguro que tomado de Tu mano, nada ni nadie podrá hacerme desfallecer.

Te pido que vengas y cuides de mi familia, permanece en ellos y llénalos de Tu alegría, esa alegría que rompe las dificultades y hace superar las divisiones y diferencias, esa alegría que invita a la unidad y abrir al corazón a tantas cosas buenas que provienen de Ti. 
Gracias mi Dios. Confío en Ti y en la frescura de tu dulce amor. Amén.
Píldoras de Fe (modificado)

Diciembre 7
En algunos momentos te atraparán los pensamientos mundanos y superficiales, y sentirás que no vale la pena orar, que no sirve de nada leer el Evangelio, que tu relación con Dios es algo secundario, o que todo lo que crees, es mentira.
No escondas esos pensamientos y sentimientos, no sientas vergüenza. Al contrario, reconócelos, míralos de frente, desprécialos y da un salto al océano de Dios.

Entrégate a él, sabiendo que él no es mentira. Él es lo más real de todo, mientras lo que el mundo te ofrece puede ser falso y vacío.
Recuerda las palabras de San Agustín: “Arrójate en el Señor, no tengas, miedo. No se hará a un lado para dejarte caer. Arrójate sin dudar. Él te recibirá y te curará”.
(Mons. Víctor M. Fernández)



Tú quisiste, Señor, que tu hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia.

Escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos y conceda a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.

Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.