Extractos de cartas del Padre Pío- Julio 15


Cuando no puedo asistir a la Santa Misa, adoro el Cuerpo de Cristo con los ojos del espíritu en la oración, lo mismo que le adoro cuando le veo en la Misa

San Francisco de Asis













Extractos de cartas del Padre Pío
(Recopilación: P. Gianluigi Pasquale en “365 días con el Padre Pío”)


Julio 15

Lo que produce tanta desolación en tu espíritu es una gracia singularísima, que Dios concede únicamente a las almas que quiere elevar a la unión mística. Es exactamente eso, mi querida Raffaelina. El temor y el terror que semejante gracia lleva a la pobre alma, si no me equivoco, le sucede de este modo.

Semejante gracia es una luz muy simple y muy espléndida y clara, que, al penetrar en la pobre alma, encontrándola sin preparación y no apta para recibirla, le provoca exactamente lo que en ti está sucediendo en este momento. Para dar una prueba o mejor una comparación, que nada tiene que ver con el tema que nos ocupa, te invito a pensar en un individuo afectado por una enfermedad de los ojos. Este individuo, al mirar la luz, sufre y podría llegar a acusar al sol de enemigo de la vista. 

Ahora, fíjate un poco, al sol, hablando en general, todos lo prefieren a las tinieblas, todos dicen que el sol es bueno, es óptimo; sin embargo, quien está enfermo de los ojos prefiere las tinieblas a la luz, al sol, y se sentiría tentado de acusar al sol de ser su gran enemigo. (…)

Puedo concluir que lo mismo sucede al alma que se ve penetrada por semejante luz; se encuentra casi enferma y absolutamente incapaz de recibir semejante luz sobrenatural y, como consecuencia, la pobrecita, asaltada por esta luz, se asusta, se aterroriza en el alma y en sus potencias, memoria, inteligencia y voluntad; y, aunque de forma indirecta, esos sustos y temores los experimentan también los sentidos interiores del cuerpo. Pero cuando después el alma, poco a poco, se va curando de su incapacidad, comienza a sentir pronto los efectos saludables de esta nueva gracia.




(28 de febrero de 1915, a
Raffaelina Cerase, Ep. II, 360)