"Recia cosa es tomar este Santísimo Sacramento indignamente"
Santa Teresa de Jesús
Extractos de cartas del Padre Pío
(Recopilación: P. Gianluigi Pasquale en “365 días con el Padre Pío”)
Octubre 23
Otras muchas veces me siento impulsado por un ímpetu vehemente; me siento estrujar totalmente por Dios; me parece encontrarme a las puertas de la muerte. Todo esto brota, no como fruto de alguna reflexión, sino de una llama interna y de un amor tan inimaginable que, si Dios no viniera en mi ayuda, en cuestión de segundos quedaría consumado.
En el pasado, con mi esfuerzo, a veces lograba calmar estos ímpetus; ahora de ningún modo consigo controlarlos. Lo único que puedo decir sobre esto, sin riesgo de equivocarme, es que yo nada pongo de mi parte.
En esos momentos, siento que el alma tiene un ardentísimo deseo de salir de la vida y, porque ve que esos deseos no encuentran respuesta, sufre una pena acerbísima y a la vez muy deliciosa, que no querría que cesara nunca.
Le parece al alma que todos los demás encuentran consuelo y alivio en sus propios sufrimientos, mientras que sólo ella queda en el sufrimiento.
El sufrimiento que la va penetrando, exactamente en su centro, es tan superior a su naturaleza que le resultaría imposible sufrirlo, si el piadoso Señor no viniera, Él mismo, a moderar su violencia con algunos raptos con los que la pobre mariposilla se calma y se tranquiliza, bien porque el
Señor le ha hecho gustar algo de lo que ella desea, bien incluso por los secretos que a veces le revela.
(1 de noviembre de 1913, al P. Benedetto
da San Marco in Lamis, Ep. I, 420)
(1 de noviembre de 1913, al P. Benedetto
da San Marco in Lamis, Ep. I, 420)