Todo lo negativo proviene del miedo

“Oh Corazón Inmaculado de María, lleno de bondad,
muéstranos tu amor por nosotros.
Haz que la llama de tu Corazón, oh María,
descienda sobre todos los hombres. Amén”.

Veamos esta interesante reflexión sobre “el miedo”, de Marianne Williamson (autora norteamericana, conferenciante y activista):
 "Lo que pensamos sobre la culpa que sienten las personas es miedo. Todo lo negativo proviene del miedo. 
Cuando alguien está enojado, es porque tiene miedo. 
Cuando alguien nos trata mal, es porque tiene miedo. 
Cuando alguien manipula, es porque tiene miedo. 
Cuando alguien es cruel, es porque tiene miedo. 
No existe miedo alguno que el AMOR no pueda disolver. No existe negatividad que el PERDON no pueda transformar.

Jacob Y Esaú (Génesis 27, 1-41) representan a los hermanos que creen que “las cosas” valen más que la fraternidad y por eso terminan dividiéndose y como los peores enemigos. Hoy hay muchos hermanos que se matan por plata y por cosas que no valen mucho. Un hermano vale más que todo el dinero del mundo. Y todos tenemos que tratarnos como hermanos.

 ¿Para qué rezas el Padre Nuestro si vas a tratar al otro como a un enemigo? José y sus hermanos (Génesis 37, 4) representan a todos aquellos que se dejan llevar por la envidia ante los triunfos del otro y creen que la única posibilidad de sentirse bien es ver a los otros perdiendo y sufriendo. Personas que viven para hacer infelices a los que están a su lado ya que abdicaron de la posibilidad de ser felices en su proyecto personal. Lía y Raquel (Génesis 30, 1-24), expresan a los hermanos que pelean por el amor de pareja. 

Esos que no han entendido que no se puede obligar a nadie para que lo ame a uno. Que si uno no puede entender que alguien no lo ama es porque está enfermo emocionalmente. Sería más fácil si dejáramos ser a cada uno y buscáramos la manera de comprendernos. Jesús nos deja claro que tenemos que vivir como hermanos. Ahora, esta fraternidad está marcada por la escucha y la puesta en práctica de la Palabra de Dios (Mc 3, 31-35)
Eso es ser cristiano. Tenemos que buscar la manera de ayudar a que todos vivan dignamente, tengan espacios para realizarse y vivir en plenitud. El verdadero pecado es dañar al otro.
(P. Alberto José Linero)

Julio 26
Cada día gastamos muchas fuerzas y mucho tiempo para cumplir, para quedar bien, para mostrar una buena imagen, y luego nos hace falta mucho tiempo para descansar, para distraernos, para relajarnos un poco de tanto aparentar. Pero ya no queda tiempo para nuestro propio ser, para cuidar el proyecto más profundo de nuestra vida.
(Mons. Víctor M. Fernández)


Señor, Dios de nuestros padres, tú concediste a san Joaquín y a santa Ana la gracia de traer a este mundo a la Madre de tu Hijo; concédenos, por la plegaria de estos santos, la salvación que has prometido a tu pueblo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.