Reconoce a Jesús a tu lado

«Aprovechaos de los pequeños sufrimientos aún más que de los grandes. 
No mira Dios tanto lo que se sufre como la manera en que se sufre. 
Sufrir poco o mucho, sufriendo por Dios, es sufrir como santo»
(San Luis Mª Grignion de Montfort)

El mensaje que quiere transmitir Dios a la humanidad mediante su Palabra es una buena noticia para los desvalidos, un anuncio de libertad para los cautivos y los oprimidos, una promesa de salvación. 
Un mensaje que llena de esperanza a toda la humanidad.

Nosotros, hijos de Dios en Cristo por el sacramento del bautismo, también hemos recibido esta unción y participamos en su misión: llevar este mensaje de esperanza por toda la humanidad.

Juan Pablo II, el Papa Santo que todos conocimos, decía: "Los cristianos estamos obligados a utilizar los mejores medios de comunicación a nuestro alcance en cada época para difundir el Evangelio de Cristo […] La Iglesia necesita muchos y cualificados evangelizadores que, con nuevo ardor, renovado entusiasmo, fino espíritu eclesial, desbordantes de fe y esperanza, hablen cada vez más de Jesucristo".

Los cristianos de hoy, llamados a ser luz del mundo en nombre de Jesús... ¿Predicamos el Evangelio? ¿Seguimos a Cristo?
Pequeñas semillitas

Septiembre 9
A veces nos parecemos a aquellos discípulos de Emaús, caminando tristes y desalentados. Cuando Jesús les hablaba, les ardía el corazón por dentro (Lc 24,32). 
Sin embargo, podía más la negatividad, podía más el pesimismo, podía más la desconfianza.

No camines como esos discípulos.
Reconoce a Jesús a tu lado y en medio de cada situación, y deja que te arda no solamente el corazón sino todo tu ser y toda tu vida.
(Mons. Víctor M. Fernández)



Tú quisiste, Señor, que tu hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia. 
Escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos y conceda a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.