«Para mí, la oración es un impulso del corazón, una simple mirada dirigida al cielo,
un grito de agradecimiento y de amor, tanto en medio del sufrimiento como en medio de la alegría.
En una palabra es algo grande, algo sobrenatural que me dilata el alma y me une a JESÚS».
«No poseo el valor para buscar plegarias hermosas en los libros; al no saber cuáles escoger, reacciono como los niños; le digo sencillamente al buen Dios lo que necesito, y Él siempre me comprende».
«No son las riquezas ni la gloria lo que reclama el corazón del niñito; lo que pide es amor.
No puedo hacer más que una cosa: ¡amarte, oh Jesús!»
Iniciamos el mes de octubre, dedicado al Santo Rosario y también a las Misiones.
El Rosario "es una conversación con María que, igualmente, nos conduce a la intimidad con su Hijo". La vida de Jesús, por medio de la Virgen, se hace vida también en nosotros, y aprendemos a amar a nuestra Madre del Cielo.
También octubre es dedicado mundialmente a despertar el Espíritu Misionero en los fieles, con gestos de solidaridad hacia los 200.000 misioneros que entregan sus vidas por el anuncio del Evangelio en el mundo. Durante este mes, llamado "Mes de las Misiones" se intensifica la animación misionera, uniéndonos todos en oración, el sacrificio y el aporte económico a favor de las misiones, a fin de que el Evangelio se proclame a todos los hombres.
Una pequeña Catedral en las afueras de Belén marca el lugar del nacimiento de Jesús.
Detrás de un elevado altar en la entrada de la iglesia, hay una cueva; una pequeña caverna iluminada por lámparas de plata.
Se puede entrar al edificio principal y admirar la antigua iglesia.
Se puede penetrar también en la tranquila cueva donde una estrella empotrada en el piso señala el lugar del nacimiento del Rey.
Sin embargo, hay un requisito: Hay que inclinarse o arrodillarse; la puerta es tan baja que no deja entrar erguido a nadie.
Puedes ver el mundo estando de pie, pero para ser testigo del Salvador, tienes que permanecer de rodillas.
Octubre 1
La ansiedad te lleva a perder el respeto a las personas. ¿No te ha pasado a veces que alguien te está hablando y estás pensando qué vas a decirle para que se vaya rápido? Es normal que te suceda algunas veces, cuando tienes mucho trabajo que hacer.
El problema es que comience a sucederte cada vez con más frecuencia. Así ya nunca tendrás un momento de calma frente a otra persona, ya no podrás mirar a alguien detenidamente, ya no lo escucharás con un sagrado aprecio ni tomarás en serio cada cosa que te diga.
(Mons. Víctor M. Fernández)
Tú quisiste, Señor, que tu hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia.
Escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos y conceda a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.