Navidad eres tú

«En este mundo, si un pueblo escribe su historia oficial, hablará de su grandeza
Es un caso único, admirable y espléndido encontrar un pueblo 
cuya historia oficial no esconde los pecados de sus antepasados»
(Cardenal Nguyen Van Thuan - Santo)

Navidad eres tú, cuando decides nacer de nuevo cada día y dejar entrar a Dios en tu alma.
El pino de Navidad eres tú, cuando resistes vigoroso a los vientos y dificultades de la vida.
Los adornos de Navidad eres tú, cuando tus virtudes son colores que adornan tu vida.
La campana de Navidad eres tú, cuando llamas, congregas y buscas unir.

Eres también luz de Navidad, cuando iluminas con tu vida el camino de los demás con la bondad, la paciencia, alegría y la generosidad.
(Papa Francisco)

Esta es una reflexión del Papa Pío XII (su nombre era Eugenio Pacelli), que gobernó la Iglesia entre 1939 y 1958:
«El “enemigo” se encuentra por todas partes y en medio de todos. Sabe ser violento y taimado. En estos últimos siglos ha intentado llevar a cabo la disgregación intelectual, moral, social de la unidad del organismo misterioso de Cristo.

Ha querido la naturaleza sin la gracia; la razón sin la fe; la libertad sin la autoridad; a veces, la autoridad sin la libertad.
Es un “enemigo” que cada vez se ha hecho más concreto, con una despreocupación que deja atónitos todavía: Cristo, sí; Iglesia, no. Después: Dios, sí; Cristo, no. Finalmente el grito impío: Dios ha muerto; más aún, Dios no ha existido jamás.

El “enemigo” se ha preparado y se prepara para que Cristo sea un extraño en la universidad, en la escuela, en la familia, en la administración de la justicia, en la actividad legislativa, en la inteligencia entre los pueblos, allí donde se determina la paz o la guerra»
Sabias palabras pronunciadas hace más de sesenta años y que conserven una vigencia absoluta en nuestros días. ¡Estemos prevenidos!

Diciembre 17
Tu cuerpo es obra de Dios, es fruto de su poder infinito. Él lo creó con inmenso amor. Tú te preocupas por sus dolores y te miras al espejo para cuidar su aspecto. Pero ¿sientes tu cuerpo? ¿lo vives realmente? Tú también eres ese cuerpo, que te permite estar aquí y ahora, que te pone en contacto con el mundo, que te permite expresarte.

Pero necesitas sentirlo, experimentarlo. Posiblemente cuidas su apariencia y su bienestar pero te olvidas de él. Dedica un momento a sentirlo. Dios también te ama a través de tu cuerpo.
(Mons. Víctor M. Fernández)


Tú quisiste, Señor, que tu hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia.

Escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos y conceda a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.

Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.