Viveza criolla




Frase



"El examen de conciencia es siempre el mejor medio para cuidar bien el alma"
 (San Ignacio de Loyola)



Anécdota

VenerableSanto
En cierta ocasión, había una diferencia entre dos vecinos, motivada por la tenencia de un potrillo. Cada uno de los cuales alegaba el derecho de propiedad… Para dilucidar el caso y hacer la paz entre los vecinos, el cura Brochero les pidió a cada uno que trajeran al patio de la casa parroquial las yeguas de su propiedad y el potrillo en litigio, citando, además, a otro vecino que había seducido a una muchacha que había dado a luz a un hijo.

Ubicando a cada uno de los litigantes en puestos distantes del patio con sus respectivas yeguas, pidió al vecino seductor que se ubicase en el medio, teniendo el potrillo en discordia y posteriormente dio órdenes de soltar las yeguas, una de las cuales quedó pastando, cerca de donde estaba ubicada, mientras que la otra corrió a acariciar el potrillo.

En presencia de lo cual, el Cura estableció cuál era la verdadera madre del potrillo en litigio. Y, después de amonestar a quien había pretendido apropiarse ilícitamente del animalito, pidió al tercer vecino que lo acompañara a otro lugar, donde, hablando a solas con él, le preguntó si se había dado cuenta de lo que había hecho la madre del potrillo, y, ante el asentimiento de aquel, indicando que había reconocido al hijo, le manifestó que tenía que hacer lo mismo respecto del hijo de la mujer que él había seducido, y, frente a las reticencias de éste, le manifestó:

- Hijo, tú no puedes ser más animal que la yegua que ha reconocido a su propio hijo, y, por lo tanto, tú debes proceder de idéntica manera y normalizar tu vida casándote, para lo cual yo mismo te ofrezco la ayuda que tú necesites.

Los consejos del P.Pio


Frase

“En verdad, toda corrección, en un principio, es motivo de tristeza, no de alegría, pero luego produce, en los que así ha ejercitado, un fruto delicioso de paz y de justicia.” (Beato Dom Columba Marmion)





Anécdota

San Pio de Pietrelcina – Los consejos del P.Pio




Un sacerdote argentino había oído hablar tanto sobre los consejos del Padre Pío que decidió viajar desde su país a Italia con el único objeto de que el Padre le diera alguna recomendación útil para su vida espiritual. Llegó a Italia, se confesó con el Padre y se tuvo que volver sin que le diera ningún consejo. El Padre le dio la absolución, lo bendijo y eso fue todo.

Llegó a la Argentina tan desilusionado que se desahogaba contando el episodio a todo el mundo:
- No entiendo por qué el Padre no me dijo nada... ¡y yo que viajé desde la Argentina sólo para eso!

El Padre Pío lee las consciencias y sabía que yo había ido con la esperanza de que me diera alguna recomendación...
Así se quejaba una y otra vez hasta que sus fieles le empezaron a preguntar:
- Padre, ¿está seguro que el padre Pío no le dijo nada? ¿No habrá hecho algún gesto, algo fuera de lo común?

Entonces el sacerdote se puso a pensar y finalmente se acordó que el Padre Pío sí había hecho algo un poco extraño... entonces dijo a sus fieles:
- Me dio la bendición final haciendo la señal de la cruz sumamente despacio, tan despacio que yo pensé: “¿es que no va a acabar nunca?”

Le respondieron:
- ¡He ahí el consejo! Usted la hace tan rápido cuando nos bendice que más que una cruz parece un garabato.
El sacerdote quedó contentísimo con esta forma tan original de aconsejar que tenía el Padre Pío.


NOTA DE RETAZOS Y PUNTADAS
Cuando leí ésta anécdota del Padre Pío, sonreí recordando al sacerdote de mi capilla que el domingo pasado nos aleccionaba sobre la manera en que debemos comportarnos en misa y él insiste mucho en bendecirnos despacio. Dice que nos persignamos como si espantáramos moscas, jajaja, que debemos hacerlo lento y diciendo las palabras "En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo. Amén"

Dice el sacerdote de mi capilla que el persignarnos es signo de nuestro cristianismo ante los demás, que nos identifica como católicos discípulos de Jesús ante los demás. Asi que no debemos espantar moscas, sino hacer lentamente el persignarnos ante los demás como un signo de lealtad a Dios.

El amor llama al amor

Frase

"El amor llama al amor... un alma abrasada de amor no puede estarse inactiva."
 (Santa Teresita del Niño Jesús)






Anécdota

San Agustín – Vivir para Él..

Nos la cuenta Benedicto XVI:


San Agustín, tras su conversión a la fe cristiana quiso, junto con algunos amigos de ideas afines, llevar una vida que estuviera dedicada totalmente a la palabra de Dios y a las cosas eternas. Quiso realizar con valores cristianos el ideal de la vida contemplativa descrito en la gran filosofía griega, eligiendo de este modo «la mejor parte» (Lc 10,42). Pero las cosas fueron de otra manera.

Mientras participaba en la Misa dominical, en la ciudad portuaria de Hipona, fue llamado aparte por el Obispo fuera de la muchedumbre, y fue obligado a dejarse ordenar para ejercer el ministerio sacerdotal en aquella ciudad. Fijándose retrospectivamente en aquel momento, escribe en sus Confesiones:

- «Aterrado por mis pecados y por el peso enorme de mis miserias, había meditado en mi corazón y decidido huir a la soledad. Mas tú me lo prohibiste y me tranquilizaste, diciendo: "Cristo murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para él que murió por ellos" (cf. 2 Co 5,15)»

Cristo murió por todos. Vivir para Él significa dejarse moldear en su «ser-para».



La Santísima Trinidad

Cierta vez, se paseaba San Agustín, cerca de una playa, meditando sobre la Santísima Trinidad y cómo era posible que hubiera 3 Personas en un mismo y único Dios.

En esto, se encuentra con un pequeño que, sentado en la arena, intentaba llenar un baldecito con arena.

El santo le pregunta:
- Qué estás haciendo?

A lo que el niño le responde:
- Quiero poner toda la arena de esta playa en este baldecito.
- Pero no! Eso no es posible!

Entonces, nuestro Buen Niño le responde:
- Asi mismo...tampoco es posible que el misterio tan grande de la Santísima Trinidad sea comprendido por la mente humana!

Dicho esto, el Niño desapareció.