Cristo se convirtió en el Pan de Vida


Frase
Cristo se convirtió en el Pan de Vida porque comprendió la necesidad, el hambre que teníamos de Dios. Y nosotros debemos comer este Pan y la bondad de su amor para poder compartirlo.” (Madre Teresa de Calcuta)


Anécdota


San Tarsicio – Mártir de la Eucaristía

Era la época de la persecución a los cristianos. Un día estaban celebrando la Eucaristía en las Catacumbas de San Calixto. El Papa Sixto se acuerda de los otros encarcelados que no tienen sacerdote y que por lo mismo no pueden fortalecer su espíritu para la lucha que se avecina, si no reciben el Cuerpo del Señor. Tarsicio está dispuesto a llevarles el viático. Ante tanta inocencia y ternura exclama lleno de emoción el anciano Sixto:
-          ¿Tú también, hijo mío?

Y Tarsicio le dice:
-          ¿Y por qué no, Padre? Nadie sospechará de mis pocos años.

Ante tan intrépida fe, el Papa no duda. Toma con mano temblorosa las Sagradas formas y en un relicario, las coloca con gran devoción a la vez que las entrega al pequeño Tarsicio de apenas once años, con esta recomendación:
-          Cuídalas bien, hijo mío.

-          Descuide, Padre, que antes pasarán por mi cadáver que nadie intente tocarlas.
Sale fervoroso y rápido de las catacumbas y poco después se encuentra con unos niños de su edad que estaban jugando.
-          Hola, Tarsicio, juega con nosotros. Necesitamos un compañero.
-          No, no puedo. Otra vez será,  dijo mientras apretaba sus manos sobre su pecho.

Y uno de aquellos niños exclama:
-          A ver, a ver... ¿Qué llevas ahí escondido? Debe ser eso que los cristianos llaman "Los Misterios".

Intentan verlo, derribándolo a tierra, poniendo en su pecho sus piernas con el fin de hacer fuerza de palanca para abrirle sus brazos y arrebatarle las Sagradas Formas; le tiran pedradas… siguen dándole pedradas, y va derramando su sangre. Todo inútil. Ellos no se salen con la suya y por nada del mundo permite que le roben aquellos Misterios a los que él ama más que a sí mismo...

Momentos después pasa por allí un fornido soldado que está en el período de catecumenado y que por eso conoce a Tarsicio. Los niños huyen corriendo mientras Tarsicio, llevado a hombros en agonía por el soldado, llega hasta las Catacumbas. Pero al llegar, ya había muerto...