Para entender más claramente la gravedad del pecado

“ Aquel que le resucitó de entre los muertos,
a nosotros también nos resucitará” (2Cor 4,14),
si hacemos Su Voluntad y vivimos de Sus Mandamientos
y amamos lo que Él amó…
Seamos imitadores de Su paciencia
y, si sufrimos por Su por amor, glorifiquémosle.
Porque Él mismo nos dio este ejemplo …”
San Policarpo (69-155)

PECADO
Para entender más claramente la gravedad del pecado, es útil en esta etapa considerar tres cosas:

(a) El mundo con todos sus males : dolores, enfermedades, guerras, plagas y muerte.
Todas estas cosas no provienen directamente de la Voluntad de Dios, Quien es el sumo bien, sino que suceden con Su permiso”.
Son el efecto del pecado original y de las continuas transgresiones de los hombres.

(b) El infierno , que es obra del pecado, Dios, infinitamente bueno pero también infinitamente justo, ha ordenado este castigo terrible y eterno para el pecador rebelde.

(c) El Crucifijo
Para salvarnos del pecado, el Dios-Hombre ha sufrido el más cruel de los tormentos y la muerte, ¡pero los hombres siguen ofendiéndolo con una ingratitud increíble

Ahora, centrémonos en nosotros mismos y pensemos en nuestras vidas pasadas
¡Cuántos pecados y abusos de la gracia de Dios! ¡Qué frialdad e ingratitud!
¿Adónde nos ha llevado todo esto?
  • Espiritualmente, el pecado nos ha privado de Dios y de la vida sobrenatural que nos da su gracia.
  • Intelectualmente, es un absurdo, una deshonra y una degradación.
  • Físicamente, es una inversión del orden correcto y, a menudo, significa la ruina total.
Arrepintámonos humildemente, por tanto, y tomemos propósitos tan firmes que estemos dispuestos a afrontar cualquier sacrificio, incluso la muerte, para ponerlos en práctica. 

Antonio Cardenal Bacci

Jesús, Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, tanto amas a la humanidad que no sólo te rebajas a hacerte hombre, sino que eres el manso cordero que cargas con los pecados de todos nosotros.

¡Gracias por el don de tu humildad, tu misericordia y tu perdón!
Quiero que mi vida de cada día esté limpia de pecado, nunca indigna de un discípulo tuyo.

Te pido que toda mi existencia transcurra siempre en tu compañía, y las últimas palabras sean repetir tu santísimo Nombre, JESÚS, el Nombresobretodonombre.

Por el mismo Jesucristo, Nuestro Señor. Amén