Llénalo de amor

"Queridos jóvenes, vale la pena escuchar en nuestro interior la Palabra de Jesús 
y caminar siguiendo sus pasos [...]
Solamente Cristo puede responder a vuestras aspiraciones. 
Dejaos conquistar por Dios para que vuestra presencia dé a la Iglesia un impulso nuevo [...]
En el fondo, lo que nuestro corazón desea es lo bueno y bello de la vida. 
No permitáis que vuestros deseos y anhelos caigan en el vacío,
 antes bien haced que cobren fuerza en Cristo. 
Él es el cimiento firme, el punto de referencia seguro para una vida plena".
Benedicto XVI

Siempre que haya un vacío en tu vida, llénalo de amor.
Adolescente, joven, viejo:
siempre que haya un vacío en tu vida, llénalo de amor.

En cuanto sepas que tienes delante de ti un tiempo baldío,
Ve a buscar el amor.

No pienses: "Sufriré".
No pienses: "Me engañarán"
No pienses: "Dudaré"
Ve simplemente, diáfanamente, regocijadamente,
en busca del amor.

¿Qué índole de amor? ¡No importa!
Todo amor está lleno de excelencia y nobleza.
Ama como puedas, ama a quien puedas,
ama todo lo que puedas... pero siempre ama.

No te preocupes de la finalidad de tu amor.
Él lleva en sí mismo su finalidad.
No te juzgues incompleto porque no responden a tus ternuras;
el amor lleva en sí su propia plenitud.
Siempre que haya un vacío en tu vida, llénalo de amor.
(Amado Nervo)

Octubre 16
La vida no es solo hoy, o esta semana. Hay cosas que van más allá. Nos cuesta pensar en nuestra vida entera, porque estamos pendientes de las cosas de todos los días, de lo inmediato. Y si estas cosas no andan bien, a veces perdemos la paciencia, queremos que todo se solucione rápido, sin demoras.
Pero mi existencia en la tierra no es solamente hoy, mañana o esta semana.
Además, no todo lo que hacemos produce un rápido éxito. Por eso es tan importante ampliar la mirada y liberarnos de los resultados inmediatos o de los logros instantáneos.
Hay que aprender a hacer las cosas buenas a largo plazo, con una mirada amplia, dejando que los frutos se produzcan cuando sea el momento.
(Mons. Víctor M. Fernández)


Bendito seas, Dios mío, porque a pesar de ser yo indigno de toda ayuda, tu generosidad e infinita bondad nunca dejan de otorgar el bien aún a los ingratos y a los que se han apartado de ti.
Conviértenos a ti, para que seamos agradecidos, humildes y piadosos, pues Tú eres nuestra salud, nuestra fortaleza y nuestra salvación.
Amén